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L a P e d r @ d a

El Criterio

Cuba y Estados Unidos: Se recrudece el bloqueo

Cuba y Estados Unidos: Se recrudece el bloqueo Lisandro Otero, Premio Nacional de Literatura de Cuba
2004-05-12


En noviembre de 1805 Thomas Jefferson dijo al ministro inglés en Washington que Estados Unidos estaría dispuesto a una guerra con España para apoderarse de la Florida y de la isla de Cuba. Esa fue una de muchas gestiones emprendidas por el patricio para anexionarse el territorio cubano. Recomendó a Madison, su sucesor, que hiciese un pacto con Napoleón (entonces ocupante de España), para que le entregara Cuba a cambio de dejarle las manos libres para una expansión imperial francesa en América del Sur. Los hacendados cubanos, temerosos de una posible abolición de la esclavitud, formaron el Club de La Habana, que se reunía en casa del opulento Miguel Aldama, con el fin de promover la anexión a Estados Unidos. Pretendían repetir lo ocurrido en Tejas.

Son sólo antecedentes de la voracidad imperial que ha motivado el choque entre Cuba y Estados Unidos en los últimos cuarenta y cinco años. La identidad nacional se fue perfilando y profundizando a lo largo del siglo diecinueve y recibió un impulso decisivo con la obra y la prédica de José Martí. Pero los anexionistas no han cesado en su ambición de verse sometidos a una cultura y una lengua extrañas por algunos mendrugos de recompensa. Hoy, continúan en Miami, su tarea de subordinación.

En Cuba, el ataque al Moncada por un grupo de jóvenes revolucionarios influidos por las ideas martianas, marcó el inicio de la independencia definitiva. En 1961 el Presidente Kennedy, tras el fracaso de la invasión por Playa Girón, decretó lo que los norteamericanos llaman embargo y los cubanos, bloqueo. La Cuban American National Foundation fue la continuadora, en Miami, de los esfuerzos del Club de La Habana y los Aldama: la desaparición de la soberanía cubana y el sometimiento absoluto a Estados Unidos. Tienen dos grupos de apoyo en la Florida y New Jersey, pero sus contribuciones han mermado en los últimos tiempos. Una nueva generación de cubano-norteamericanos se muestra menos ansiosa de ejercer la venganza, de tomar represalias al retornar a un territorio que ya no consideran como suyo.

Las recientes medidas del gobierno de Bush de limitar las remesas, los encuentros familiares y los viajes a Cuba, de reducir el gasto posible de los visitantes aspiran a crear las condiciones para un colapso. Los gobiernos de México y España ya se han opuesto a este propósito injerencista.

Estas medidas no son nuevas. La CIA ha volcado millones de dólares en su tarea de subversión y sabotaje para derrocar al gobierno cubano. Muchos exiliados se han enriquecido con estas contribuciones de las cuales se han apropiado, en numerosas ocasiones, desviándolas de sus fines. En 1992 se promulgó la Cuban Democracy Act que prohíbe a negocios subsidiarios de compañías norteamericanas comerciar con Cuba. En 1996 la Ley Helms Burton otorgó el derecho a demandar judicialmente a inversionistas extranjeros que hiciesen uso dentro de Cuba de bienes nacionalizados. Sin embargo, en ese lapso las relaciones comerciales con China y Vietnam, países igualmente regidos por sistemas socialistas, se fueron normalizando con un ritmo creciente.

En Naciones Unidas cada año se somete el bloqueo a Cuba a una votación que siempre derrota el propósito anexionista de los exiliados. En 2001 el voto fue de 167 estados en contra y solamente tres a favor. Fuentes militares estadounidenses han declarado públicamente que Cuba no constituye un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos. En la Organización de Estados Americanos, que fue bautizada alguna vez como el Ministerio de Colonias de Estados Unidos, treinta y dos estados se han opuesto al bloqueo. En 2002 un grupo de cuarenta y ocho ex senadores del Congreso de Estados Unidos hizo una declaración pública oponiéndose al embargo. Los estados norteamericanos productores de bienes agrícolas se han opuesto a la continuidad del inútil cerco contra Cuba, deseosos de continuar un incipiente comercio que les ha resultado sumamente ventajoso.

El gobierno de Bush, con el mismo manto simulador con el cual llevó la agresión a Irak “para implantar la democracia y la libertad”, dice oponerse a la “dictadura” cubana. No fue eso lo que impidió a Estados Unidos tener excelentes relaciones con Pinochet, Ferdinand Marcos, Mobutu, Suharto, Batista, Trujillo y Somoza. En Cuba el pueblo se muestra cada vez más unitario en torno a su gobierno y reconoce los extraordinarios avances en materia de salud, educación cultura y deportes, demostrables estadísticamente con cifras avaladas por organismos internacionales. La calidad promedio de la vida, hoy, pese a las restricciones del bloqueo, es muy superior a la que se tenía en el momento de la caída de la dictadura batistiana. Por ello estos nuevos obstáculos no impedirán continuar el camino que los cubanos decidieron otorgarse en 1959. Solamente una voluntad indestructible, como la de Fidel Castro, ha sabido soportar durante tantos años el embate persistente del imperio y evadir obstáculos resistiendo las consecuencias de esta guerra no declarada.

gotli2002@yahoo.com

ESPECIAL SOBRE CUBA (II):

ESPECIAL SOBRE CUBA  (II): Chomsky: "Derrotado en Irak, Bush apunta a Cuba y arrastra a México"

Jim cason y David Brooks
La Jornada


El gobierno de George W. Bush intensifica su agresión retórica contra Cuba en la actual coyuntura, arrastrando a México en esta dinámica, en parte porque su ocupación de Irak está fracasando, la situación general de Medio Oriente está estallando y, por lo tanto, necesita un nuevo blanco, considera Noam Chomsky en un breve comentario para La Jornada. "Cuba es fácil de atacar, perfecto para la valentía estilo Texas", comenta Chomsky. "Es encontrar a alguien demasiado débil (en el ámbito internacional) para responder efectivamente, un gobierno que no obtendrá amplio apoyo, y así, cuando Washington está confiado de que es seguro, los patea en la cara con una retórica reaganiana". Agrega que "desafortunadamente están arrastrando a México en esto". El gobierno estadunidense "necesita destruir a alguien".

Para consumo interno en Estados Unidos, este tipo de ataque verbal contra Cuba siempre es fácil. "Esta clase de política funciona en el país (con el pueblo) más asustado en el mundo", afirma. Además, dice, los gobernantes estadunidenses están algo "enloquecidos" ahora, y el tema de Cuba es fácil de manipular. Por ejemplo, señala que no sólo Bush sino también su contrincante electoral presidencial, John Kerry, está en favor de mantener la retórica anticastrista y del bloqueo.

A la vez, el bloqueo no sólo se aplica contra Cuba, dice Chomsky, sino contra sectores estadunidenses. Señala que esfuerzos para impedir que estadunidenses visiten o tengan intercambios con Cuba es parte de la estrategia doméstica de este gobierno. "Es algo vergonzoso que esta gente (cuando viaja a Cuba) vea que las normas de salud en Cuba son mejores que las de aquí", subrayó.

Pero esta intensificación del control sobre el intercambio con Cuba también genera aquí problemas para el gobierno estadunidense. "Lo llevaron a tal extremo que provocaron la ira de toda la comunidad científica estadunidense. El Departamento del Tesoro difundió un edicto ordenando que las publicaciones científicas no editaran artículos enviados por cubanos. Pero tuvieron que anular esta orden después de enfrentar una masiva protesta de los científicos, aunque sí mantuvieron en vigor una prohibición repentina de viajes de científicos estadunidenses a conferencias internacionales sobre biología y salud en Cuba".

Chomsky, en entrevistas con La Jornada y otros medios, siempre ha recordado que la política de Estados Unidos hacia Cuba ha sido marcada por una serie de atentados "terroristas" empezando desde el inicio de la revolución. De hecho, ha señalado que las acciones de ese tipo contra Cuba casi siempre se han realizado desde territorio estadunidense, país donde se continúa albergando a conocidos terroristas como Orlando Bosch (bajo la protección de Jeb Bush, gobernador de Florida), el haitiano Emmanuel Constant, integrantes de la contra nicaragüense y otros. O sea, la supuesta nueva doctrina de Bush de que todo Estado que alberga a ese tipo de criminales es un Estado terrorista, no se aplica aquí.

"Estas doctrinas son unilaterales. No tienen la intención de ser líneas de ley internacional o normas de asuntos internacionales. Son doctrinas que otorgan a Estados Unidos el derecho de emplear la fuerza y la violencia, y albergar terroristas, pero para nadie más", comentó Chomsky en una reciente entrevista en The Progressive.

También en entrevistas anteriores, Chomsky ha subrayado que el gobierno estadunidense realiza esfuerzos sofisticados para definir al "enemigo" para consumo de la población de este país, por medio de campañas en medios y hasta fabricación de información, y así lograr el consenso para justificar guerras y agresiones contra "los malos", tal como lo hizo en el caso de Irak y desde hace mucho con Cuba.

De nuevo, señala Chomsky a La Jornada, Cuba es presentado como "ese país horrendo, el peor del mundo", o sea, con "el sadismo usual" con que obra Washington contra ese pueblo.

Es por todo esto, señala, que en esta coyuntura, Cuba es un blanco "fácil" para la retórica agresiva de Washington la cual, claro, como en Irak, siempre se decora con los adjetivos de la "libertad" y la "democracia" y el bien de la civilización como sus objetivos.

Conferencia celebrada en el Ateneu Barcelonès el 7/4/2004, organizada por Defensem Cuba

Conferencia celebrada en el Ateneu Barcelonès el 7/4/2004, organizada por Defensem Cuba La izquierda y sus intelectuales

Heinz Dietrich
AVANT


El mismo tema requiere cierta aclaración, porque estamos hablando sobre la izquierda hoy y los intelectuales. Sin duda, es difícil definir y encontrar un concepto rápido sobre lo que es la izquierda. Hoy en día, tenemos el problema que muchos grupos y muchas personas se están definiendo de izquierdas y eso está generando muchos problemas.

LA IZQUIERDA

Quisiera aclarar un poquito el concepto.

Por izquierda se ha entendido históricamente la propuesta de un grupo frente a la civilización existente. En este sentido, en el parlamento de la revolución francesa, la izquierda fueron los jacobinos con su propuesta de liberté, égalité, fraternité, con la que va abarcaba una diferencia cualitativa con el estado existente, con el tipo de convivencia política y no democrática existente, y con la economía feudal, es decir, una propuesta civilizatoria definida por, identificada con el nombramiento de las instituciones básicas que sostienen una civilización. Posteriormente cuando Carlitos Marx y Federico Engels ven que la propuesta no es para la mayorías, diseñan un nuevo proyecto de izquierda, que es el proyecto que después Lenin realizó: El del socialismo con los medios de producción en manos de la sociedad, o del estado; la dictadura del proletariado.

De tal manera que, el concepto históricamente se ha utilizado con provecho cuando estaban claros los contenidos que representaba. En ambos casos era una propuesta antisistémica. El problema es cuando tratamos de entender la izquierda de hoy con esos conceptos, porque difícilmente vamos a encontrar que la gente que se nombra o se autonombra de izquierdas tenga una claridad sobre la civilización del futuro. Decir izquierda o centro izquierda, generalmente, se refiere a posiciones dogmáticas o a posiciones inmanentes al sistema. En la tradición histórica de entender por izquierda un nuevo proyecto histórico, en este caso de las mayorías, no está avalado por una nueva teoría económica, ni del estado, ni de la democracia, de tal manera que hoy día no hay izquierda realmente. Ni en América Latina, ni en Asia, ni en Europa, porque parece que no hay ningún grupo social, ni grupo de intelectuales que tenga una propuesta científicamente defendible y consistente sobre la nueva economía postcapitalista, sobre el estado postcapitalista, sobre la democracia postcapitalista que necesitemos.

En ese sentido, el concepto ha perdido su capacidad analítica y, en lugar de contribuir a discernir la realidad, lo que es la función de todo concepto, ayuda a confundir. Es un concepto propagandístico, básicamente. Sucede lo mismo que con la categoría democracia.

LOS INTELECTUALES

El otro concepto también requiere de alguna dilucidación. La gente piensa que los intelectuales son gente muy inteligente y los intelectuales poco hacen para aclarar esa equivocación. Y esto, por supuesto, es una equivocación porque si alguien dice que es un intelectual no está diciendo que es inteligente, sino que gana su dinero básicamente con el trabajo con símbolos en lugar de trabajo manual. Esencialmente con símbolos, como letras, como dígitos... Porque no hay ningún trabajo que no requiera un insumo intelectual. De la misma manera que el electricista que trabaja con las manos necesita un acervo de conocimientos teóricos al igual que el ingeniero de software. Por eso a los intelectuales no hay que confundirles con los inteligentes y tenerles un respeto a priori sino que, a mi juicio, hay que saludar el principio de la revolución francesa de que toda autoridad institucional, moral o intelectual, en este caso, tiene que ganarse sus loores demostrando que lo es. Entre los intelectuales, hay mediocres, inteligentes, trabajadores, flojos, como en cualquier profesión... Como albañiles o electricistas que no trabajan bien.

En algún sentido todos somos intelectuales. Es útil recurrir a la espistemología científica, viendo un poco la base común de la interpretación de la realidad en los tres conceptos espacio, tiempo, movimiento, base de la interpretación científica de la realidad y base de lo que llamamos sentido común, o inclusive pensamiento mágico, que todos tenemos como dotación genética. Todos somos intelectuales, lo que nos diferencia es el grado de especialización y de educación formal para formar determinados tipos de interpretación de la realidad como la ciencia, el sentido común y, en segundo lugar, el impacto que tiene lo que dice cada intelectual. No es lo mismo que Saramago diga "Hasta aquí he llegado", hasta aquí he acompañado a la revolución cubana, o que lo diga Eduardo Galeano, a que un maestro de primaria en una provincia de México lo diga. En este sentido, podemos diferenciar diversos accesos y capacidad de repercusión de los intelectuales en el mundo, que es una cosa muy importante y en segundo lugar, tenemos que diferenciar también entre los niveles en que actúan los intelectuales. Un maestro de primaria es un intelectual, sus capacidades deben estar altamente en lo didáctico y lo pedagógico, porque no es la generación de conocimiento nuevo, de conocimiento objetivo lo que le identifica. A otro nivel, un profesor normal en una universidad repite conocimientos existentes, porque hay muy pocos profesores universitarios que son creativos, generalmente repiten libros de las vacas sagradas de EEUU o Europa pero, generalmente, no genera nuevos paradigmas, es decir, su capacidad de innovación teórica es más bien raquítica en la mayoría de los casos. Y luego, por supuesto, están los grandes que hacen paradigmas, como Chomsky o Saramago, en literatura. En todos los campos del pensamiento humano los hay, y eso son los que dan la tónica, la direccionalidad de la discusió en la opinión pública.

GALLINAS Y TOPOS

Todo esto teníamos que tomar en cuenta para hablar sobre la izquierda y sus intelectuales. Quiero dejarlo aquí por razón de tiempo y empezar de una vez y entrar en el tema propiamente dicho de la izquierda y sus intelectuales.

Si hoy día George Orwell regresara y escribiera otra vez su sátira Rebelión en la Granja (Animal farm) sobre el régimen estalinista, utilizando como tópico de discusión la izquierda y los intelectuales, probablemente llegaría a un diagnóstico sorprendente, probablemente diría: "Bueno, si en mi sátira los animales dominantes eran los perros y los cerdos, hoy en día serían los topos y las gallinas, apoyados por los camaleones."

Por eso obviaba decir que hay una extraña moda intelectual que se ha apoderado de la inteligentsia a nivel mundial que consiste en decir que, lastimosamente, estamos parados en el neoliberalismo, que no nos satisface porque es una barbarie con la que nadie con ética puede estar de acuerdo, y, por tanto estamos en contra de un capitalismo salvaje diferenciándolo, obviamente, de un capitalismo no salvaje. Esa moda dice tanto en contra del neoliberalismo, que quisiéramos transformarlo, ser revolucionarios, al menos de la pluma. Aquí un pequeño Voltaire, un pequeño Beethoven, si llegamos lejos un pequeño Marx, pero la realidad no nos lo permite, porque la realidad es tan compleja que no sabemos por donde va el tiro, La ciencia no ha avanzado lo suficiente y la realidad no nos permite entender con claridad por dónde tenemos que tirar para llegar al nuevo socialismo o como dicen algunos a la democracia participativa postcapitalista. Pero ese deseo subjetivo de transformación que todo intelectual y persona de izquierdas que se precie tiene, ese deseo subjetivo de transformación no se empareja con el paradigma postcapitalista porque la ciencia no nos dice todavía cuál es la solución. Esa es la moda que impera hoy en día en el mundo intelectual.

Voy a citar a un intelectual brasileño, Emir Saab, que lo dijo de la siguiente manera. Preguntado sobre la alternativa al neoliberalismo dijo: "No lo tenemos claro, nosotros supimos resistir al neoliberalismo, pero no somos capaces hasta ahora de saber como se sale de este modelo, sabemos lo que no queremos". Eso es en cierto sentido representativo sobre un cierto sector de los intelectuales. Hay una cierta inmodestia porque si hay alguien que ha sido capaz de resistir al neoliberalismo han sido los pueblos no los intelectuales, porque los intelectuales han marchado alegremente a la retaguardia de los enfrentamientos, y han sido los campesinos de América Latina, los trabajadores, los estudiantes, las mujeres, que se han enfrentado y apenas ahora la intelectualidad está despertando, se está subiendo al tren.

Entonces, esto es una pequeña falta de modestia, en tanto en cuanto dice no sabemos todavía como salimos de esta bronca, ese pluralis majestatis, cuando yo intelectual no sé por dónde andará el tiro, nadie sabe, no sabemos todavía.

Entonces, éste es el primer problema, que es una actitud frívola, porque me parece que hoy en día tenemos ya una respuesta a esa incógnita, sabemos cuáles son las instituciones vitales de la nueva sociedad, qué tipo de estado, qué tipo de democracia y sobre todo, el tema más complicado, el problema de la economía. Por un lado se nutre esa actitud de la economía política de los intelectuales. La mayoría de los intelectuales viven bastante bien, sobre todo en el primer mundo, y, por lo tanto, no tienen motivo en romper con el sistema capitalista y en proponer una cosa diferente, diferente de Keynes, Stiglitz o la tasa de Tobin, porque mientras estés dentro del keynesianismo en sus distintas variantes el sistema no te va a agredir seriamente. El sistema te va a empezar a combatir seriamente en lo económico, matando tu imagen como intelectual y en el Tercer Mundo, matándote físicamente si es necesario; te van a empezar a combatir seriamente cuando tú empiezas a combatirlos seriamente y combatirlos seriamente significa proponer un Nuevo Proyecto Histórico a las mayorías.

Esto es importante simplemente porque yo no puedo levantar esta pluma si no hago una interpretación espacio, tiempo, movimiento sobre el objeto. Tengo que extender el brazo en el espacio, con cierto tiempo, cierto movimiento y si me equivoco no lo voy a levantar. Y si esto es cierto para este relativamente sencillo acto de elevar este pequeño objeto, mucho más necesaria será la interpretación adecuada espacio, tiempo, movimiento para la transformación de una sociedad. Nosotros hacemos todo el día esto, cuando salen de aquí se acerca un coche y ustedes hacen un cálculo extraordinariamente complicado espacio, tiempo, movimiento: cuál es el espacio que tienen que cruzar en la calle, cuál es la distancia del coche, cuál es la velocidad del coche, cuál es la velocidad de ustedes.. y todo ese el cálculo que el 99% de nosotros no puede hacer en términos físicos y matemáticos, lo hacemos en tan solo un instante, subconscientemente. Y ése es el maravilloso sistema de realidad virtual que es el cerebro, que analiza la información del exterior y el interior del sistema y optimiza las estrategias de sobrevivencia, por tanto lo mismo sucede en avances y en la estrategia de cambio de la sociedad.

A finales del S XVIII surge una propuesta de ese tipo, un proyecto histórico, el de los jacobinos y posteriormente aparece el segundo proyecto histórico, el de las mayorías que es el de Marx y Engels. Ambos proyectos caen básicamente, en los años 80, porque nadie ha podido pensar que el capitalismo algún día va a poder crear un mundo mas democrático, más justo, con calidad de vida para todos, pero tampoco nadie puede creer, a mi juicio, que el regreso a la participación del socialismo históricamente existente va a lograr un movimiento de masas y sin el movimiento de masas, por supuesto, nada se puede mover en una sociedad de clases.

Cuándo en los años 80 se cae el socialismo realmente existente, descubre grandes partes del planeta: Asia Central, Oriente Medio, Rusia, Siberia, con enormes recursos y aparece un vacío en el sistema bipolar mundial ¿Quién llena ese vacío? Ese vacío es llenado por el único sujeto que tiene la logística, el poder financiero y el poder político para reestructurar este mundo: Las empresas transnacionales, verdaderos arquitectos del mundo actual. Reestrucutran esas zonas llegando a hacer uso de la fuerza militar, como estamos viendo hoy día. Entonces, el gran capital recupera la visión de su misión histórica al caerse la Unión Soviética, la alternativa antisistémica, y no sucede lo mismo con el pueblo, las mayorías, y sobre todo las mayorías en el Tercer Mundo. Es obvio que es mucho más complicado.

Por lo tanto, estamos en un a situación de unilateralidad. Si quisiéramos hablar en términos militares tendríamos un ejército profesional organizado de un lado, el proyecto del capital organizado, y de otro lado, una masa de sujetos, pueblos, individuos, grupos, minorías que se enfrentan entorno a la construcción del mundo, y, por supuesto, un ejército profesional siempre va a acabar con una masa desorganizada sin una doctrina que le dé cohesión, ni armamento de boicot práctico. Esa situación de interregno al caer el Proyecto Histórico del Socialismo, tarda unos diez años. Y en el año 2001, con los atentados de Nueva York, termina. El llamado proyecto histórico de la gran burguesía, sobre todo en su fración más favorecida, Bush, Blair, Aznar, Berlusconi, Sharon, siente que es momento de dar el golpe definitivo y establecer el Tercer Orden mundial de la gran burguesía en este siglo. El problema es que por el lado opuesto no se regenera el proyecto histórico de las mayorías. Sólo quedan las cuestiones socialdemócratas que sólo funcionan en el polo explotador del sistema, en el primer mundo.

No hay una nueva respuesta que logre movilizar al 80% de la Humanidad contra el sistema capitalista y, por eso, es de extrema importancia la participación o la actitud que asuman los intelectuales frente a ese problema y, por lo tanto es bastante vergonzoso que un gran intelectual o, digamos, un intelectual mediano diga "hemos parado el neoliberalismo", confundiendo un poco los sujetos populares con los de la torre de marfil y no sabemos por donde vamos a acabar con el monstruo, porque esa es una actitud de coqueteo con el agnosticismo, una docta ignorancia, como se decía en la Edad Media. Una ignorancia que no quiere saber realmente porque las consecuencias de romper ese acuerdo tácito con el status quo son bastante serias.

Les voy a citar una frase de Petras que refleja ese dilema. Dijo recientemente, cito, "La izquierda ganaría más si emprendiera un análisis de las complejas y contradictorias realidades de las luchas nacionales y de clase, en vez de enzarzarse en grandiosas profecías globales de largo plazo desvinculadas de los movimientos populares". Si aceptamos esta determinación de Petras nos metemos en un serio problema, porque nos condenaría a navegar ente la Escilla del empirismo precientífico del S. XVII y la Caribdis del postmodernismo frívolo. La proposición de Petras no tiene mérito por dos razones, en primer lugar nosotros sabemos que la sociedad es lo que se llama en física un sistema dinámico complejo y sabemos también que la generalización de inferencias particulares, que es básicamente el método que utiliza Newton, no es capaz de entender la lógica y su evolución previsible; por eso, la idea de que tu puedes sacar, como insinúa Petras, como de esas muñecas rusas, esas matruskas, desde abajo una pequeña muñeca y después hacer una más grande y sucesivamente hasta que finalmente tienes un proyecto mundial de liberación anticapitalista, esto es una idea que es a priori inviable. Yo creo que aquí tenemos un ejemplo de la falta de formación epistetemológica y metodológica de esos intelectuales, que por otra parte, tienen una gran audiencia. El segundo problema de la afirmación de Petras es que no debemos caer en grandiosas profecías, la alternativa que tenemos hoy día no es la alternativa entre empirismo precientífico y ante los argumentos del postmodernismo burgués frívolo sobre las grandes narrativas o los metarelatos. Ese es una confusión entre la interacción entre el dato empírico y la capacidad de formación de paradigmas de teoría. Einstein no recababa datos para desarrollar su teoría, Newton no se pasaba la vida pegado al telescopio para hacer su teoría, no, los datos básicamente estaban. El arte está precisamente en reconfigurar los datos empíricos, las observaciones en una configuración mental capaz de entender la realidad. Este problema epistemológico del lugar del dato empírico y la teoría, del sujeto y de la realidad objetiva, se resuelve en los siglos XVI-XVII, Galileo lo resolvió en una carta a Kepler. Al formular esa alternativa entre dato empírico, trabajo de tipo topo, y la especulación ecléptica de los burgueses del postmodernismo, tiene un atraso intelectual de tres siglos.

La segunda posición es la posición de los topos, me refiero a los intelectuales que lo son en su interpretación por falta de conocimiento científico. Tenemos un gran problema en las universidades, en muchos casos lo que se hace en las Ciencias Sociales, Sociología, Ciencias Políticas y por supuesto en Economía no tiene mucho que ver con las ciencias, ni hablar de las Humanidades, Filosofía, Literatura, etc. Pero, probablemente muchos de los líderes de los movimientos sociales o son abogados, o han estudiado Literatura o son economistas. Es decir, toda la clase de gente que no ha pasado por el rigor del método científico. En nuestras universidades, tenemos una dicotomía en términos de epistemología, lo que en ciencias naturales se llama el protocolo de investigación, que se hace en los cinco casos del método científico, en las ciencias sociales y humanidades se sustituye, básicamente, por una cultura ensayística. Cuando usted se fija en las tesis que se entregan, generalmente hay un problema, antecedente del problema, desarrollo del problema, conclusión. Esta estructura del trabajo intelectual evita el problema de la hipótesis y el problema del rigor conceptual, y la vía gris de la ciencia está en la hipótesis y en su contrastación.

Entonces este tipo de trabajo en las Ciencias Sociales y en las Humanidades da lugar a un pensamiento impreciso, a un pensamiento especulativo.

Por supuesto, en la Edad Media, había una agenda de crédito para especular como a uno le diera la gana, siempre que estuviera dentro de pensamientos aristotélicos cristianos, no se necesitaba comprobar empíricamente los enunciados, el protocolo no tenía que ser transparente e intersubjetivo para poder ser repetido en cualquier parte del planeta. Es decir, toda una serie de requisitos, que hoy día no aceptaríamos como estándares mínimos del trabajo intelectual. Por lo tanto, uno de los problemas, además del aspecto de la economía política, de los liderazgos de los partidos políticos, de las cúpulas sindicales, de las organizaciones sociales, movimientos, etc.. es la falta de preparación científica.

Entonces, tenemos, por una parte, las gallinas que por intereses político-económicos no se enfrentan al sistema y esconden esa posición bajo un supuesto agnosticismo, objetivamente insuperable. La otra posición es la falta de formación científica. Estas son, a mi juicio, las dos grandes raíces de las cuales se nutre la falta de participación de los intelectuales y de los líderes sindicales, movimientos sociales, partidistas, etc. En la construcción de una nueva teoría al servicio de las mayorías.

EXÉGETAS DE LOS CLÁSICOS

Hay una tercera posición, por supuesto. El otro día recibí un correo electrónico diciendo no estoy de acuerdo en el Nuevo Proyecto Histórico que ustedes están proponiendo, la democracia participativa, porque antes de escribir esto hay que estudiar todas las obras de Marx, todas las obras de Engels, de Lenin... Si tú te pones a estudiar todas las obras de Carlitos Marx, que son como 60 tomos u 80, y Lenin, que tiene otro tanto, a lo cual tienes que agregar para ser plural a Rosa Luxemburgo, a Trotsky, etc entonces quiere decir que cuando hayas terminado no has corrido ningún riesgo, no has tirado ni una piedra a la policía. Entonces, ¿qué has hecho en tu vida? No has hecho política. Estabas buscando la piedra de la verdad en libros de hace 200 años.

Yo soy un gran admnirador de Carlitos Marx, de Lenin, pero hay que pensar una cosa: No puedes encontrar la solución a la sociedad global en lo que se hizo hace 200 años. Esa gente dice, por una parte, "vamos a buscar la respuesta en la sociedad del S XVIII cuando la gente se movía en mula o en carreta" mientras van en avión que vuela a 1000 km por hora. Imaginénse a Carlitos Marx que tenía que copiar afanosamente en la biblioteca del Museo Británico en Londres cuando hoy podemos tener acceso al conocimiento con una computadora desde cualquier punto del mundo.

Hay un problema de conocimiento en esos compañeros, la solución no es regresar a Marx y no hacer nueva teoría. No, eso sería como en física decir vamos a dejar a Einstein y regresar a Newton. La solución es la síntesis de ambos, esa es la clave. Marx no puede existir si no existe Hegel, y Hegel está parado sobre los hombros de Kant, y Kant no puede existir sin las discusiones anteriores, entonces no es que haya que elegir entre uno y otro sino que, cada paradigma científico se refiere a diferentes aspectos de la realidad. La física de Newton sigue siendo válida para movimientos con cierta masa y cierta velocidad, la física de Einstein es válida para movimientos cercanos a la velocidad de la luz a nivel atomal, y por tanto hoy día analizar sólo con las categorías de Marx lo que existe es irreal. El propio Marx sería el primero que se molestaría con esto, porque Marx diría: "¡Ustedes no han entendido que la nueva teoría sólo puede salir en la posición de vanguardia!."

Porque, ¿de qué vanguardia salió el marxismo? De la Economía Política inglesa, del pensamiento político racionalista francés, el más avanzado y revolucionario, y del método más avanzado en aquella época que era la dialéctica que, en el fondo, es el método de la verdad relacional, de la verdad de la fisica cuántica, que intuían que era más adecuada que la física de Newton para la sociedad. Carlitos Marx diría: "¡Qué ilusos son ustedes! ¿Cómo quieren hacer una teoría de transformación social del capitalismo del S. XXI si no saben de la física cuántica, de la biología avanzada, de la matemática avanzada?." Solamente desde las posiciones de vanguardia del arte, de la experiencia de las masas, de la ciencia vamos a poder hacer la nueva teoría.

LOS INTELECTUALES EN LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

Para terminar, creo que no debemos tolerar más esa posición frívola. Esa actitud agnóstica de que es imposible entender cuáles son las alternativas para una revolución humana. La ciencia nos da la respuesta en todo lo que sea accesible al conocimiento científico. Como se trata de un sistema objetivo, como la naturaleza y como entendemos, más o menos, las leyes de su evolución, la detección de esa nueva institucionalidad postcapitalista es una tarea de la ciencia, pero no una tarea en el escritorio, aislada, de intelectual privilegiado. La tarea de avanzar en el conocimiento objetivo es para dicutir con los movimeintos sociales, porque como decía Gramsci el intelectual entiende pero no siente, y el pueblo siente pero no entiende. La revolución se hace, la transformación profunda para quien se asuste con revolución, cuando el conocimiento del científico y de la científica se une con el sentir del pueblo.

Recuerdo el otro día, discutiendo con un amigo presidente latinoamericano, la obediencia al FMI y entonces Lula me dijo: "Tengo que pagar la próxima cuota del FMI porque si no voy a tener serios problemas con el riesgo país, la fuga de capitales, etc." Y yo le dije: "Mira Lula, tienes que entender que, al fin y al cabo, quien va a decidir tu futuro es el pueblo, porque tú puedes tratar de estar a bien con el FMI, pero cuando el pueblo se te levante te vas a tener que ir."

Entonces es la función de dos elementos:

1. El conocimiento real de las vías de evolución que tenemos

2. La capacidad de hacerlo entender a las mayorías y retroalimentarse con la sabiduría y las experiencias de las gentes que no pasaron por la universidad y los artistas, la que nos va a dar el Nuevo Proyecto Histórico, que va a tener muchos sujetos, que va a a querer desarrollar las tres dimensiones del ser humano: el conocimiento objetivo o ciencia, la ética y la dimensión estética.

FACTORES OBJETIVOS Y SUBJETIVOS DE LA ACTITUD DE LOS INTELECTUALES

Para cerrar, los intelectuales en este tiempo son herederos de una historia de agresión. En América Latina hubo una matanza tremenda. Algunos fueron al exilio, otros siguieron, otros cambiaron. Luego vino la compra masiva, en Venezuela y en México con la renta petrolera. En el Primer Mundo la castración de los intelectuales fue con medidas menos drásticas, pero el resultado es obvio. Las facultades de ciencias sociales son desiertos tanto en el Primer como en el Tercer Mundo. Si desarmas la teología de la economía burguesa, no ganas nada, no se ganan becas, no se ganan premios, no se ganan invitaciones de fundaciones, no se gana nada. Tenemos, por una parte, el establishment intelectual, con las vacas sagradas que organizan los grandes eventos que evitan la innovación teórica, y tenemos de otro lado a intelectuales como Marcos que están en el monte. Yo creo que un intelectual que es ético, hoy día, tiene que tomar partido.

En el mundo de la ciudad, porque no sólo es una cuestión de conciencia, el sistema te penetra como el agua, pues es el medio en que actúas. Me invitaron a un instituto de investigación en Hamburgo, una ciudad bonita, con cantidad de millonarios, y el centro estaba en la zona más rica de Hamburgo. Estando tres meses allá , me empecé a dar cuenta de cómo el cáncer me estaba invadiendo la seguridad, el buen nivel de vida de este Primer Mundo. Jamás en este ambiente vas a poder entender la situación del campesino de Bolivia o el trabajador en Honduras. Luego, no todo es subjetivo, no es que todos sean una pandilla de vendidos, sino que el ambiente en que uno se mueve le determina en gran medida. Podemos usar al viejo Mao Tse Tung: "El guerrillero tiene que nadar en el pueblo como el pez en el agua". Lo mismo vale para los intelectuales.

Transcripción Luis Juberías

Conferencia de James Petras en la Inauguración de la Cátedra de Formación Política Ernesto Che Guevara

Conferencia de James Petras en la Inauguración de la Cátedra de Formación Política Ernesto Che Guevara Rebelión

Quiero agradecer a Claudia [Korol] y Néstor [Kohan] por esta invitación para volver a conocer y encontrar viejos y nuevos amigos y compañeros. Estoy muy contento de estar aquí esta noche con vosotros.

Hace 40 años que empecé con estos viajes a la Argentina y siempre me siento bien, a pesar de que algunos momentos son más duros que otros.

Bien, quiero empezar discutiendo algunos conceptos teóricos y políticos que están en circulación, y creo, no nos ayudan a entender la realidad. Entonces, frente a estos debates que voy a enumerar y comentar, vuelvo a reivindicar la pertinencia del concepto de "imperialismo".

Ahora andan muchos académicos de centro izquierda (hacia la izquierda) hablando de "hegemonía". Estados Unidos tiene "hegemonía" sobre América Latina. Estados Unidos tiene "hegemonía" mundial. Eso implica que las ideas del imperialismo norteamericano están asimiladas por los pueblos y los demás que los EE.UU. mandan, a través de la persuasión, a partir de la propaganda, a partir de la manipulación de los medios.

Si es así ¿Cómo explicamos el uso de fuerza?

Fuerza en Irak, fuerza en Afganistán, fuerza en los Balcanes, fuerza en Haití, golpes en Venezuela. Y podríamos multiplicar las amenazas de fuerza junto con el uso de la fuerza.

¡Eso no es hegemonía, eso es dominación! Con la violencia dominante en la acumulación y extensión del poder.

Entonces, hay un abuso del término "hegemonía". Y muchos citan a Gramsci: "Gramsci esto, Gramsci lo otro…", sobre hegemonía; cuando no se aplica el concepto de hegemonía en relación a la totalidad de los pueblos de América Latina. Y eso indica unas incapacidades específicas.

Es decir, tenemos muchos referentes en todas partes que rechazan las privatizaciones entre la población, ¿cierto? Impuestos, plebiscitos, etc. Entonces, obviamente la población no está hegemonizada, porque vota contra los intereses de EE.UU.

No se puede decir que el pueblo latinoamericano está hegemonizado. Pero sí podemos decir que los gobernantes están hegemonizados porque hacen la política a favor de EE.UU.

Pero incluso en este caso, tenemos que ecualizar el uso del término, porque muchos gobernantes y las clases dominantes no actúan así porque están "hegemonizados" por EE.UU., lo hacen porque sus intereses económicos, materiales, coinciden con los EE.UU., no necesitan ser incluidos desde afuera.

Entonces, es muy relativo especificar el tiempo y lugar en el que uno quiere aplicar la terminología de "hegemonía". Es una política reformista, en el fondo, porque implica que la lucha es solo una lucha ideológica y no una lucha de poder, de fuerza contra fuerza.

¿Todo es un problema de educación?. Yo concuerdo con Fidel Castro cuando dice que es una batalla de ideas. Pero no es la única. Hay que calificar el famoso llamado de Fidel. Estoy de acuerdo, debemos dar la batalla de ideas, por eso estamos aquí esta noche, en esta Cátedra de Formación Política Ernesto Che Guevara. Pero más allá, en otras esferas de la vida, hay otros métodos de lucha porque hay otras formas de dominación.

Otro punto sobre el que debemos discutir es sobre el concepto de "globalización"..., que, dicho sea de paso, sus partidarios han debilitado. Porque hace diez años (creo eran diez años, no recuerdo bien), cuando empezamos la polémica con los globalizadores por este lado, pocos éramos los que defendíamos el concepto de imperialismo. Claudia Korol era una de las pocas, recuerdo, en eso sí tiene mucho mérito. Y también tenemos al compañero Néstor Kohan, pero éramos un pequeño grupo al margen de los grandes debates de las ONG's...

Entonces, los académicos nos decían: "Ustedes están usando un lenguaje anacrónico, anticuado, viven todavía en los años '70. Ha pasado el mundo y no lo reconocen...".

Entonces, globalización: ¿Qué es la globalización?

Este capital circula por todo el mundo. Bien, ¡gran descubrimiento! que ya no hay barreras para la circulación en los ex países socialistas, en el Tercer Mundo, en África. Han tumbado las barreras de tribus, de grupos feudales, de lo que sea… Eso es cierto, que hay grandes multinacionales que funcionan en muchos países... ¡ Brillante, gran descubrimiento!

Pero, más allá de eso, empiezan a plantear otras cosas..., que estas empresas ya no tienen nacionalidad..., que el Estado también ha desaparecido... Y más allá de eso, agregan que estas empresas son autónomas, que no tienen casas matrices, que no hay centros de acumulación, que no hay tierras para facilitar la dominación y penetración de capitales.

Supuestamente, vivimos en un mundo donde "hay imperio de capital pero no hay imperialismo", dice un italiano [Toni Negri], amigo de los matones justicialistas aquí, en Argentina, con quienes se entrevistó alegremente cuando visitó el país.

Bueno, entonces yo decía ¿qué explica el uso del término "globalización"?

No explica las relaciones de poderes entre los Estados. No explica por qué hay multiplicación de conflictos violentos, no explica la conquista y la resistencia.

Resistencia que no sólo está dirigida a los capitales, también al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a los que dirigen el Fondo: los Estados imperialistas.

No explica quienes son los dueños y los que controlan los principales bancos internacionales, las empresas multinacionales, las instituciones financieras internacionales.

Para ellos todo es, simple y sencillamente, "globalización" …

Pero no explican aquello que el diario "Clarín" [diario de la Argentina] de ayer [21/3/2004], muestra sobre la desproporción de votos - y el tema va más allá de simples votos e influencias - que tienen Europa y EE.UU. en las llamadas "instituciones internacionales" como el Fondo Monetario. En ese diario hay un gráfico que muestra las proporciones de esos votos, y ¡Eureka! : descubrimos que EE.UU. y Europa controlan, por lejos, las posibilidades de votos. Y también son los "contribuyentes" que a través de sus "contribuciones" dominan los votos.

Hay otro problema con la teoría de la globalización: no puede determinar la dirección de los flujos de ganancias, intereses, regalías, y beneficios comerciales. El capital no está "flotando" en todas partes. Hay modelos de acumulación dirigidos a capitalizar en los EE.UU. Hay transferencias en gran escala de dineros "lavados" , que van a Londres, Suiza, Israel y EE.UU.

Entonces, estos problemas no se pueden entender en un marco de capitales poco diferenciados, supuestamente "autónomos". Tienen una ubicación concreta, mantienen mecanismos de colaboración con las actividades del Estado imperial, que facilita la expansión de las multinacionales.

Un caso muy claro, que cualquier mudo, sordo o ciego puede entender: la ocupación de Irak, que abre paso a las privatizaciones y la desnacionalización. ¿Cómo podrían entrar las multinacionales en Irak sin el ejército y los Marines? ¿Cómo pueden construir un oleoducto sin controlar Afganistán?

¿Cómo entendemos que cuando Argentina tiene problemas con la deuda externa, corre Aznar hacia aquí, para proteger sus empresas frente a la crisis?

Cuando México no podía pagar la deuda, en el '94, sale Clinton, contra todas las leyes norteamericanas, y firma un cheque de 17 mil millones de dólares para proteger a los inversionistas norteamericanos.

¿Cómo explicar estos fenómenos del mundo contemporáneo?

Lo que sucede es que las multinacionales no son autónomas. El Estado no es autónomo. El Estado es esencial, para el imperialismo, para la política de expansión y conquista, y la protección de las grandes multinacionales. Son los matones que imponen y protegen al Fondo Monetario (FMI), porque son ellos mismos quienes eligen los representantes que vienen aquí…

Debemos entonces rechazar el concepto de "globalización" y reivindicar, como más riguroso y explicativo, el concepto de "imperialismo".

No porque - como dicen algunos conservadores- es una expresión "emotiva", de los "sangre-caliente" latinoamericanos…

La forma peyorativa de tratar el término "imperialismo" es una forma de oscurecer las relaciones de poder, e implantar en la mentalidad de la gente la idea de que "el mundo ha cambiado tanto..., que ha desaparecido el imperialismo". Esto se afirma alegremente, mientras las bombas están cayendo en este mismo momento sobre Bagdad…

Otro concepto que me molesta mucho es el de "centro - periferia".

¿Periferia? Periferia es Cuba. Pero ¿de qué forma podemos poner a Cuba frente a República Dominicana, o Cuba con Guatemala, por ejemplo?

Porque Cuba tiene que participar en el mercado mundial, y no es un país con un gran Producto Bruto. Entonces, estas distinciones cuantitativas, ocultan las profundas diferencias de clase entre países, en la mal llamada "periferia".

Y lo mismo acontece con el concepto de "centro": ¿Qué significa un "centro"? Es como astrología, o astronomía, o las dos cosas juntas: hay un Sol, y los planetas giran alrededor.

El término "centro" es muy abstracto. Es una extrapolación de los contenidos de clase dentro y fuera del sistema imperialista. Y sólo se puede entender la organización y la resistencia a partir de la destrucción de las relaciones de clase, no simplemente a nivel de producción y productividad entre los países.

Es razonable y lógico que el concepto esté derivado de Raúl Prebisch [(1901-1986) economista desarrollista argentino que fue presidente del Banco Central de Argentina (1935-1943). Participó además de diversas reuniones de la Comisión Económica para América Latina-CEPAL entre 1948 y 1962].

Porque Prebisch tenía un concepto desarrollista. No quería choques con sus patrones norteamericanos, pero sí quería una política de industrialización en América Latina. Y para evitar conflictos enfatizaba términos tecnocráticos, abstractos, que no provocan represalias…

Hizo críticas de las condiciones de comercio, que eran potables porque ya estaban reconocidos los efectos de la desigualdad. Pero después aparecen estos conceptos de "centro - periferia" y todas estas abstracciones, utilizados por algunos escritores autotitulados "progresistas", de "izquierda", para así evitar la discusión del problema central de nuestra época, que no es el "centro", es el imperialismo.

No son simplemente países que han acumulado más riquezas, sino el proceso de explotación y concentración de las riquezas.

Otro problema teórico-conceptual que tenemos: hay una literatura - entre "progresistas", otra vez - que habla de "la caída", del "declive" del imperialismo. Y argumentan que el imperialismo está en declive, porque está sobre-extendido, está metido en demasiadas partes del mundo. Entonces, esta sobre-extensión está poniendo en peligro la capacidad del imperialismo.

Yo creo que en el debate sobre si el imperialismo está en declive o todavía está en ascenso, hay que investigar otra cosa, que para mí es fundamental: la sustentablidad de las relaciones políticas que permiten funcionar al imperialismo.

¿Cómo entendemos entonces esta sustentabilidad? La capacidad de extraer recursos desde dentro de EE.UU. para financiar y poner ejércitos en otros países. Mientras el pueblo norteamericano esté dispuesto, o forzado, inconsciente, a seguir soportando recortes en el presupuesto y entregando sus hijos para la guerra, la guerra va a poder continuar, la expansión imperialista va a poder continuar, van a seguir exportando capitales para invertir en China o donde sea.

Entonces, todo depende de la lucha de clases interna. Hasta que el pueblo de EE.UU. diga ¡basta!, vamos a seguir sufriendo recortes en los programas sociales y de salud. Pero ya somos 50 millones sin ninguna cobertura, uno se puede morir en las escaleras de los hospitales. Lo mismo vale para cuando tenemos que casi el 80% de nuevos puestos de trabajo son por contratos, no fijos.

Pero mientras tanto, el imperialismo sigue funcionando.

Hay quien dice: "bueno, los heridos, los muertos en la guerra, ya llegará el punto…". Pero ¡ojo!, el imperialismo domina usando mercenarios de los países colonizados. Inglaterra dominó dos tercios del mundo usando tropas coloniales. Hay una frase famosa de George Orwell cuando era oficial colonial, y miraba una gran columna de soldados africanos, encabezados cada cien hombres por un caballero con casco colonial y en un caballo blanco. Decía: "¿Por qué no se levantan, y con su fusil matan a esos oficiales que los dirigen a conquistar otros pueblos?"

En la Segunda Guerra, un tercio de todo el ejército francés estaba compuesto por soldados coloniales: senegaleses y africanos de varios países. Ni hablar de Bélgica, de Holanda, que tenían soldados coloniales dominando Sumatra, etc.

Mientras EE.UU. pueda reclutar cipayos, se puede sostener el imperio. Cuando no puede hacerlo, se debilitan las relaciones y se facilita la derrota del imperialismo.

Mientras aumenta la resistencia en el Tercer Mundo, empieza a limitarse la capacidad del imperialismo de extender su inversiones y capitalizar sobre los gobiernos locales. Entonces, cuando se habla del declive o el ascenso del imperialismo, hay que analizar la sustentabilidad política dentro del país y en el exterior. El caso más claro es Irak, hoy.

Se metieron, con toda esta ideología que afirma que "los árabes son cobardes" (que venía de los sionistas) y llegan allá pensando en ser bienvenidos, que los árabes cobardes están escondidos, y encontraron en poco tiempo, una gran resistencia. Independientemente de la "guardia republicana" de Saddam, que desapareció, o el ejército, que algunos dicen fue comprado. Especulaciones…

En todo caso, encuentran una resistencia que está desgastándolos. A tal punto, que las tropas norteamericanas no entran en las calles de las grandes ciudades por las noches: territorio liberado.

Sólo algunos cipayos o patrullas entran y los neutralizan o los matan. Es un territorio conflictivo, que pasa a diferentes manos del día a la noche, como en Indochina.

¡Ellos sí están cuestionando al imperialismo! Esto determina el ascenso o "declive" del imperialismo, no los conceptos de sobre-extensión. Es la lucha de liberación nacional la que impone limitaciones a la sostenibilidad del imperio.

Quiero entrar en algunos detalles sobre el tema de las "multinacionales" Sabemos que casi el 85% de las multinacionales, empresas y bancos, están en manos de EE.UU. y Europa. Entre las cincuenta empresas más grandes del mundo, dos tercios son norteamericanas.

Entonces, ¿cómo hablar de "multinacionales"?

Veamos la estructura interna de las "multinacionales": la toma de decisión sobre tecnología, investigación, inversiones, y finanzas, están hechas en las casas matrices.

Esta estructura, y la ubicación de esta estructura de toma de decisiones no tienen nada que ver con este discurso falso de que "las multinacionales están en todas partes y han generado un nuevo sistema, más allá del imperialismo…".

Este imperialismo, presente en todas partes, está acompañado, cada vez más, por la militarización. EE.UU. tiene hoy tiene hoy tropas en 180 países. Tiene bases militares en 120 países. Estos son los núcleos del imperio militar.

Y estos efectivos militares tienen una función, que en líneas generales es generar condiciones favorables para la expansión del imperio económico. Algunas veces hacen bien el trabajo, otras veces lo hacen mal. Por ejemplo: si se meten en lugares como Irak, y generan mucho conflicto, y producen una inestabilidad en la región, los capitales no van a entrar…

Cuando los EE.UU. intentan tumbar a Chávez, generan un ambiente polarizado, conflictivo, que no permite la entrada de capitales. ¿No se opone esto a su política? Creen que pasado el tiempo de inestabilidad, cuando ganen, van a poder entrar y comprar todo a precios más baratos. Mientras tanto, no entran…

Entonces, no hay que pensar en una correlación exacta entre las movidas militares y la expansión del capital. A veces hay contradicción entre ellas, por lo menos coyuntural.

Las amenazas generalizadas del militarismo norteamericano tienen un denominador común: cualquier régimen - ya sea socialista, nacionalista o islámico - que pone restricciones sobre el movimiento de capitales, está tachado automáticamente de "enemigo" , "adversario", "eje del mal", lo que sea…

La política militarista sólo se puede entender en el contexto del imperio económico. Ahora bien: algunos dicen que hay un gran desequilibrio entre los gastos militares y las ganancias en algunas regiones del imperio. Pero, ¿por qué pensar en simetrías? Porque en una fase puede haber un mayor gasto militar, y la próxima fase - una vez que conquistan el territorio - cosechar las ganancias. No hay simetría, ni un patrón fijo. También puede ser al revés: conquistar muchas ganancias, y generar un polo de inserción que exige más gastos militares.

Entonces, buscar correlaciones del tipo de : "…mire, Petras, ¿cómo se puede hablar de imperialismo, estamos gastando tanto dinero público y pocos beneficios privados" , genera dos problemas.

Primero: los que pagamos los gastos del militarismo somos todos los ciudadanos, y los que cosechan los beneficios privados son las empresas. No se puede extrapolar y sumar en la misma columna naranjas y papas…

Entonces, ¿cómo funciona el militarismo norteamericano? Sólo puede funcionar con eficiencia en guerras prolongadas cuando cuenta con la colaboración de los ejércitos internos, esenciales en esta cadena. Los que piensen que el imperialismo sólo impone, no entienden la cadena con que funciona el imperialismo. Desde el Pentágono, pasando por las misiones militares, por los coroneles, las escuelas de adoctrinamiento, hasta el nivel operacional.

El militarismo no es sólo una fenómeno que llega desde afuera hacia adentro, hay una convergencia en su funcionamiento, a partir del entrenamiento de militares en la Escuela de las Américas y otros lugares, donde les enseñan las nuevas tecnologías militares, acompañadas de la ideología imperialista.

Este militarismo tiene un factor fundamental, que debemos conceptualizar. Hace cien años, Hobson, después Lenin, más tarde otros escritores, hablaban del imperialismo como forma de solucionar los problemas del empleo dentro de los países capitalistas. Yo creo que este paradigma no funciona. Creo que en los últimos veinticinco años, lo que sostiene al imperialismo son precisamente las transferencias de las ganancias hacia afuera, invirtiendo en otros países con tasas de ganancias más elevadas, y quedando los trabajos mal pagos en los Estados Unidos.

Subcontratando el año pasado 300 mil puestos de trabajo en informática a China e India, transformando 3 millones de puestos de trabajo de manufactura, bien pagos, a otros países de Asia, algunos a "maquiladoras". Incluso las maquiladoras de México ahora están en baja, han perdido casi 1 millón de puestos de trabajo porque es más barato en China.

Como consecuencia, más crece el imperio, más se deteriora la república en los Estados Unidos. Más crece el imperio, menos fuerza tiene la república. La república está en crisis, el imperio está en ascenso. Esta distinción es importante. ¿Por qué?

Enumeramos la expansión militar, las bases. Enumeramos la expansión de las multinacionales. ¿Cómo es que está en crisis? Porque se dice que el imperialismo está en crisis, se habla de la crisis mundial del capitalismo…¡Están en todas partes, y siguen extendiéndose!

Pero las cuentas son serias. El déficit norteamericano en el presupuesto es de 500 mil millones de dólares, el déficit de las cuentas externas de 300 mil millones. Necesitamos 2 mil millones de dólares por día para cubrir el déficit que viene de China, de Japón… Entonces, estos son los grises: la sustentabilidad de la economía doméstica que está pagando y fortaleciendo el empleo externo.

Esa es la gran contradicción que hay: mientras crece el imperio, los bárbaros están fermentando adentro…

Muchos me preguntan sobre las elecciones, Kerry y Bush.

Hay conflicto, hay competencia. Pero, ¿competencia sobre qué? Kerry apoya la guerra en Irak, apoyó la guerra en Afganistán, declaró hace una semana ser "incondicional" de Ariel Sharon. "Es la única democracia en Medio Oriente a la que debemos un apoyo incondicional", dijo.

¿Dónde están las diferencias? En política doméstica apoya el libre comercio, el ALCA, etc. Dice que va a reformar el sistema de despidos, que los patrones tendrán que dar tres meses de notificación, en lugar de un día…Entonces yo, un poco ignorante, un tanto viejo, pregunto: ¿cómo va a generar empleos? Si te vas en un día o en tres meses da igual: pierdes el trabajo, ¿no es así?

Entonces, ¿cuál es la propuesta de Kerry? Kerry apoya al FMI, apoya la política de los sectores financieros de Boston y New York, es el millonario más rico de todo el Senado de EE.UU., muy astuto en sus apuestas en el mercado…

Pero más allá de este conflicto, yo creo que existen algunas tensiones en los EE.UU. Una de ellas es la relación entre los militaristas y los imperialistas económicos. Estos son conflictos coyunturales, pero importantes. Los imperialistas económicos siempre piensan en los militares en función de sus metas, son "instrumentos". Pero los civiles militaristas - no estamos hablando de los militares profesionales , sino de quienes dirigen la política militarista hoy en los EE.UU. - como Rumsfeld, Wolfowitz, etc., tienen gran desprecio a los militares profesionales. Dicen de ellos que son cobardes - ¡ellos que nunca fueron a la guerra! -, que son demasiado prudentes, que no saben usar el poder que les entregaron. Tienen una ideología hitleriana: "cambiamos el mundo porque somos poderosos", dicen. Estos neo- conservadores abrazan el concepto imperialista, se sienten orgullosos de ser parte del imperio, y defienden al imperialismo frente a lo que ellos llaman "Estados fracasados". Hace dos años, el economista Don Bush decía que Argentina necesitaba un gobierno imperialista, para imponer la disciplina sobre la economía, para reconstruir un "Estado fracasado". El M.I.T. (Massachussets Institute Technology), una muy "prestigiosa" institución dice: "deben respetar la opinión de Don Bush"…

Pero hay un conflicto en la autonomía actual que tienen los militaristas, que comprometen las fuerzas sin pensar sobre el costo económico, sin las implicancias sobre la economía en su conjunto. Estos militaristas tienen aliados políticos, que están entre los fundamentalistas cristianos y los fundamentalistas sionistas. ¡Una alianza curiosa!

Los fundamentalistas tienen más de 40 millones de seguidores en los EE.UU., más de 200 emisoras de televisión. Tenían una novela, best-seller, con 50 millones en ventas.

No creen en la evolución - Darwin es alguien "terrible" para ellos - y un tercio de las escuelas en el Sur del país, enseñan la teoría del creacionismo, Esta curiosa alianza abarca desde las élites hasta las bases y tiene un efecto nefasto.

Pero ¿por qué no hay una ruptura entre los militaristas y los sectores del gran capital? Porque aparte de las diferencias, que son importantes, hay mucho en común. Por ejemplo: la administración Bush rechazó el tratado de Kioto, para que las grandes empresas no tengan que gastar en el cuidado del medio ambiente, con grandes ventajas sobre los que sí lo hacen. Reciben enormes subvenciones a las exportaciones, incluyendo exoneración de impuestos. También hay un gran sector atrasado, no competitivo, de EE.UU. que está protegido por el Estado con cuotas y subvenciones. Rebajaron los impuestos hacia los más ricos en una forma increíble.

Otro aspecto son las grandes estafas, que hacen a aparecer a Menem como un niño de kindergarden y jardín de infantes frente a los estafadores de EE.UU. ¿Quiénes están detrás?

Esto ayuda a entender las razones por las que no hay todavía una gran división entre los grandes capitales, que acaban de poner 200 millones, ya, en la campaña de Bush. Obviamente, algunos, los más astutos, van a poner dinero en los dos lados, previendo que si gana Kerry, tendrán de esa forma algún "acceso"…

Ahora bien, frente a América Latina, es obvio que las relaciones imperiales son muy desequilibradas. Se han transferido casi 900 mil millones de dólares en los últimos trece años, superando, incluso, las cifras obtenidas por exportaciones desde Potosí y México en varios siglos. ¡Enormes transferencias!

Mientras aquí se habla de "décadas perdidas" en Washington están descorchando botellas de vino de 300 dólares para almorzar. Según un colega de mis épocas de estudio, esta es "la época de oro". Con tantas privatizaciones, tantas ganancias, tantas elevadísimas tasas de interés, "hay que ser realmente ignorante para no ganar dinero", me decía.

Y eso viene de la época de los golpes de Estado, asesinatos, desapariciones; así surge el neoliberalismo. Con alguna participación de las clases medias, con consumismo, ilusiones, créditos baratos. Pero con el tiempo, este neoliberalismo expresado en esos regímenes violentos empezaron a desgastarse y caer: Venezuela, Ecuador, Brasil, Bolivia, Argentina, y se va debilitando.

¿Qué pasa entonces? En este proceso de desgaste de los clientes de Washington, había que consolidar este régimen neoliberal. Y tenía los núcleos formados en los círculos financieros, los expertos económicos, los tecnócratas, etc. Tenía aquí, en Argentina, una importante base social que podría servirle para la transición del neoliberalismo al colonialismo. Porque el ALCA crea un nuevo marco legal y político para tomar decisiones estratégicas sobre todas las dimensiones de la economía. Un verdadero colonialismo. Y estos núcleos que vienen del neoliberalismo son los instrumentos para pactar este "colonialismo por invitación" que les permita consolidar sus posiciones. ¿Cómo se pueden identificar? Son los agroexportadores que complementan el modelo de acumulación central en EE.UU., son los sectores financieros, y también los que facilitaron las privatizaciones: electricidad, petróleo, etc.

Llegado este punto del razonamiento, no cabe otra alternativa que analizar al actual gobierno de Argentina como parte del proceso de América Latina.

Por más progresista que sea Néstor Kirchner en el tema de derechos humanos, de la "limpieza" judicial y militar, no cambia nada en relación con el petróleo, la electricidad, las telecomunicaciones, y... ¡el ALCA!.

En Argentina, vamos a tener un gobierno con jueces rectos, administrando la justicia colonial.

Creo que debemos analizar las luchas en América Latina a partir de grandes cambios en las estructuras de clase.

Primero han reducido el tamaño y la estabilidad de la clase obrera industrial. Han bajado el número de obreros sindicalizados y debilitado, así, los cuadros sindicales combativos. Mientras tanto, han aumentado el número de desocupados y obreros con trabajo precario, los que se han multiplicado en forma geométrica. Y también, últimamente, han debilitado incluso a los trabajadores de las maquiladoras. Por lo menos en México, donde estuve el año pasado, en una reunión de mujeres maquiladoras, discutiendo la salida masiva hacia China, Vietnam y otros países. Frente a este fenómeno urbano, los sindicatos no han jugado un papel importante en los levantamientos. Únicamente lo han hecho en los países donde están amenazados por las privatizaciones: electricidad en México, petroleros en Ecuador, etc.

Pero mientras tanto, en las marchas convocadas en Brasil por los Sin Tierra (MST), aparecen sólo 2 mil funcionarios de la CUT [Central Única de los Trabajadores], cuando esta central obrera tiene 15 millones de afiliados. No tienen poder de convocatoria, son un gigante con pies de barro. Lo mismo sucede aquí, en Argentina, con la CGT [Confederación General del Trabajo]. Son invisibles en todos los grandes movimientos. Incluso la CTA [Central de los Trabajadores Argentinos] aparece muy tarde, o directamente no aparece, como organización, en los levantamientos de diciembre del 2001. Víctor De Gennaro [máximo dirigente de la CTA] estaba haciendo "consultas"... para ver si era o no legítimo comprometer el sindicato. Están inmovilizados, mientras otros se mueven.

En El Alto, una ciudad proletaria de las afueras de La Paz, lleno de inmigrantes, obreros jóvenes, sin trabajo, el 80% con trabajo precario o desocupados, levantaban barricadas al estilo de la Comuna francesa, luchaban calle por calle, casa por casa. Y luego los mineros, que en Bolivia todavía tienen conciencia de clase.

En Venezuela, la masa que apoya a Chávez son los desocupados y malpagados, mientras la pequeña capa sindicalizada y burocratizada se coloca en su contra. Los mal llamados "social-demócratas" son social-imperialistas.

Podemos citar otro ejemplo: el campo. Expertos como el historiador Eric Hobsbawm dicen: "ya pasó el tiempo para los campesinos" ¿Por qué? Él dice que han bajado demográficamente por debajo del 50%. ¿Cómo haces política con metodología de contador? ¿Qué importa si son 40 o 30% si están organizados, si son el sector más golpeado por el capitalismo y el imperialismo? Se han concentrado grandes extensiones de tierra, se ha concentrado todo el crédito a los sectores agroexportadores, que han desarraigado a millones de pequeños propietarios y a sus hijos. Mientras están desplazados, no pueden reubicarse en las ciudades cuando la industria está en crisis.

O tienen que salir del país, o quedarse y luchar. Es como Lenin decía: el eslabón más débil de toda esta cadena del imperio.

Ellos exigen más divisas para pagar la deuda externa. ¿De dónde sacar las divisas? En los sectores agroexportadores. ¿Cómo van a aumentar la exportación? Apretando y desplazando campesinos, pequeños propietarios y sin tierra.

Del otro lado: ¿cómo luchar contra el imperialismo? Ocupando terrenos, desplazando a los latifundistas, enfrentando a los paramilitares. Esa es la realidad de los integrantes de los sin tierra [MST], de los cocaleros, de los que apoyan a Chávez en el campo.

Una gran virtud de Chávez es que es el primer presidente que ofrece beneficios y tierras a los inmigrantes y jornaleros colombianos en Venezuela. Yo recuerdo en los años '60, cuando conversaba con dirigentes de la guerrilla venezolana, ellos me decían: "pero no son ciudadanos, son ilegales". Yo les respondía: "¿Cuándo empezaste a respetar las leyes burguesas? Son trabajadores". Entonces ellos contestaban: "…Sí, tienes razón, Petras... "

Chávez es el primero que rompe esta pared entre colombianos y venezolanos.

Entonces tenemos dos sectores dinámicos, y hay un tercer aspecto del imperialismo en la vida cotidiana, que genera la proletarización de los empleados públicos. Porque para pagar la deuda externa y facilitar concesiones, y exoneraciones de impuestos, han bajado los salarios de los empleados públicos, y han exprimido de ellos el máximo de su trabajo, extendiendo las jornadas laborables.

Junto a los demás sectores que mencionamos antes, los empleados públicos están entre los más combativos en toda América Latina. Cuando voy a Perú, hay una huelga general de los maestros; cuando voy a Ecuador, hay una huelga de médicos; cuando voy a Brasil, el primer sector que hizo denuncias y quemó sus tarjetas frente al señor Da Silva [Lula] fueron los empleados públicos. La revista de los universitarios sindicalizados fue la primera que publicó sus fuertes críticas a Lula. En Argentina, el sector público en las provincias tiene retrasos de pagos salariales de seis meses. Cuando estuve hace dos años en Tucumán [provincia argentina], vi la combatividad de esta gente. Con límites en sus horizontes políticos, pero muy violentos en sus confrontaciones. En San Luis [provincia argentina] lo mismo.

Entonces tenemos el triángulo de tres fuerzas afectadas directamente por el imperialismo. La lucha de clases aquí, pasa por la confrontación con las medidas e instituciones directamente vinculadas con el imperialismo. Eso da "otro color" a la lucha antiimperialista en América Latina.

Antes de ayer, 20 de marzo, hubo un gran acontecimiento. ¡Bienvenido! Pero es un acontecimiento, es un día… La gente fue, participó en la marcha [contra la guerra], escuchó los discursos, las denuncias, y se volvió a casa…Aquí, la lucha contra el imperialismo, está vinculada con los efectos en la vida cotidiana, de una manera constante. No sé si me explico bien…

Luchar contra los recortes sociales al presupuesto. Luchar contra el financiamiento a los sectores agroexportadores a costa de los campesinos, y el financiar la deuda externa en lugar de dar empleo masivo y genuino a los obreros. ¡Esto es parte de la lucha de clases! Y es constante, continua, una situación que afecta a las masas populares.

Los movimientos en EE.UU. y en Europa son de las clases medias, en solidaridad - ¡ Bienvenidos! - con los que están luchando en las colonias y tierras ocupadas. Pero cuando nos dicen que es un movimiento mundial… ¡Si y no! Si, en el sentido en que luchamos contra el mismo enemigo. No, en cuanto a la movilización, los participantes y el contenido de nuestra lucha aquí.

Entonces, ¿cuál es el futuro del imperialismo?

Primero, hay que reconocer algo: que el imperialismo no es omnipotente. Están derrotando al imperialismo en Irak. Hay una guerra civil con las tribus, clanes, narcotraficantes, nacionalistas, en Afganistán. Pero no consiguieron consolidar el mando, independientemente de las fuerzas en lucha. Tenemos el caso de tres derrotas en Venezuela: golpe, paro de los gerentes y referéndum.

También tenemos la gran derrota de febrero en Bolivia.

Tenemos el enorme éxito de Cuba, derrotando todas las presiones y amenazas, tanto terroristas como de mercenarios, agentes pagados, supuestamente "disidentes". ¿ Cómo se puede pensar en un "disidente" que recibe un salario, que la agencia USAID anuncie en su sitio web que pagaron 800 millones en proyectos a grupos que coinciden con sus intereses? Creo sinceramente que a estos supuestos "disidentes" querían "quemarlos". No eran algo clandestino, ¡está en una página en internet! Creo que los "quemaron" a propósito, para luego lanzar una campaña propagandística una vez que estuvieran encarcelados. Porque si van a organizar grupos clandestinos de agentes, no lo van a publicar en una página web… Van a decir que no tienen nada que ver con estos señores, que son totalmente independientes, "No los pagamos, no los financiamos, no los reunimos en la oficina de nuestro embajador"..., no harían campañas junto al embajador : ¡es demasiado obvio! Creo que los "quemaron" para después conseguir que los intelectuales "progresistas" que pierden sus papeles, firmen documentos…Y uno de los "independientes" en EE.UU. - la conozco - es Joan Landry. ¡ Toda su vida fue anticomunista! Nunca apoyó a la Revolución Cubana. Ella consiguió "progresistas" para que firmen, entre otros Noam Chomsky. Después Chomsky fue a Cuba, descubrió otro mundo y rectificó su crítica. También Saramago. El único que queda es nuestro amigo oriental…[en Argentina se denomina "oriental" al país vecino: Uruguay].

Entonces Cuba, Bolivia, Colombia, Venezuela… hay una contraofensiva, que muestra una capacidad para derrotar los ataques del imperialismo y sostener la lucha. Mientras tanto - y no voy a dar el usual "masaje psicológico a los argentinos - sí, hay razones en el mundo para ser optimista. Pero ¿cuál es el gran desafío?

Creo que el gran desafío es que las grandes movilizaciones populares han tenido una gran fuerza de veto sobre el poder existente, pueden tumbar gobiernos, pueden paralizar privatizaciones, pero ir más allá…el problema del poder político, tomar el poder político, no llegan. Grandes alcances, y frente al poder político…

Tenemos el ejemplo de Bolivia: 500 mil personas en La Paz, la policía desaparece, y a las puertas del palacio presidencial... entregan las llaves al seguidor de Sánchez de Losada. Estuve con los compañeros indios en Ecuador, y les preguntaba: "¿por qué apoyaron a este charlatán?". Dicen: "…ah, es que no podríamos gobernar…" . Pero ¿por qué no probar?

No es éste un simple problema socio-psicológico. Hay un problema político aquí que debemos tratar de entender: ¿por qué, si pudo haber un levantamiento tan poderoso en Argentina, no se pudo cambiar el poder político? Y no hay que culparse unos a otros..., hay que reflexionar sobre la necesidad de un proyecto político que lleve al poder. Pero no de una forma sectaria, sino desde los movimientos, desde los levantamientos, hasta la toma del poder.

Muchas gracias.

(21 de marzo de 2004)

El imperio y la teoría marxista del imperialismo

Atilio A. Boron
CLACSO

Razones de un debate


Días atrás tomé conocimiento de una nota sumamente crítica de mis desacuerdos y radicales cuestionamientos a la teoría del "imperio" elaborada por Michael Hardt y Antonio Negri plasmados en mi libro Imperio & Imperialismo (Buenos Aires: CLACSO, 2002). Debo confesar que mi primera reacción luego de leer el trabajo de marras fue el de hacerlo a un lado y proseguir con mis labores. No me parecía que tuviera mucho sentido polemizar con una nota en donde la pasión puesta por su autor, un rasgo que sin duda juzgo como algo muy positivo cuando se juega en el terreno de la argumentación rigurosa, lamentablemente se agotaba en una tediosa sucesión de injurias y descalificaciones personales.

Sin embargo, poco después llegué a una conclusión diferente, y esto por dos razones. Primero, porque los argumentos esgrimidos en mi contra reflejaban, de manera cristalina, la preocupante confusión que prevalece en ciertos sectores de la izquierda, embriagada con los vapores del postmodernismo y ciega y sorda ante los desafíos que se desprenden de la realidad actual del imperialismo. Pese a su vehemente formulación la crítica no podía ser descifrada como la idiosincrática rabieta de un personaje solitario sino como un síntoma de un problema mucho más general: la confusión y desorientación que prevalece en la izquierda y que se refleja tanto en el terreno de la teoría como en el de la práctica política. Se trata, por consiguiente, de una cuestión que reviste una importancia que trasciende lo personal y anecdótico y la hace merecedora de una especial atención. En consecuencia, y esta es la segunda razón, pensé que mi silencio podría (mal)interpretarse como la tácita aceptación de dolorosas verdades que habían enmudecido mi conciencia y me habían dejado sin argumentos. Espero no herir demasiado la delicada epidermis de los postmodernos si me permito recordar una vieja frase de Lenin, más oportuna que nunca en los tiempos que corren: "el marxismo no es un dogma, sino una guía para la acción". Este debate de ideas no es una cuestión escolástica. No estamos discutiendo el sexo de los ángeles sino sobre un diagnóstico del capitalismo actual y las eventuales rutas de su superación. Y sin una descripción y análisis certeros del imperialismo "realmente existente", no del que imaginan algunos, no habrá posibilidad alguna de superar ese régimen de producción que ha colocado a la humanidad en una encrucijada que por su gravedad no tiene precedentes en su historia. Fue en virtud de estas consideraciones que decidí salir al ruedo y plantear mi más radical discrepancia con los planteamientos de un importante sector de la izquierda que aún se mueve en las tinieblas.

Discrepancia que comienza con las cuestiones formales. Porque, en los debates que necesita la izquierda, los asuntos formales son también cuestiones de fondo. El recurso a los insultos y las descalificaciones hablan de una exasperación y un estado mental difícilmente consistente con la serenidad que demanda una situación tan crítica como la actual, en donde el propio futuro de la especie humana es lo que se halla en juego. Un buen piloto de tormentas, y recordemos que un intelectual es en gran medida eso en los tiempos que corren, no puede pretender orientar el curso de la nave de la teoría simplemente insultando e injuriando a quienes no concuerdan con sus criterios. Se espera de él algo más que el uso de expresiones como "renegado", "revisionista", "pasa por marxista" (al no serlo, el sujeto en cuestión se convierte en un impostor), "enredos conceptuales", "comprensión mínima", "alucinado", y otras por el estilo que revelan la desesperación de quien oscuramente presiente que sus argumentos son endebles y que, por lo tanto, no le queda otro recurso que apelar a una vistosa pirotecnia verbal para paliar la inquietud que brota de su propia debilidad. La primera reflexión que se me ocurría al repasar, no sin una cierta tristeza, el texto en cuestión fue que, con defensores como García, Hardt y Negri estarán condenados a pasar muy malos ratos a manos de sus críticos.

Otra reflexión, también formal, motivó mi curiosidad. Hace apenas unas semanas estuve en Colombia, país del cual es ciudadano el Sr. García. Más exactamente, estuve en su universidad, la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. La Carrera de Ciencia Política organizó allí una mesa redonda en torno al tema "Imperio no, Imperialismo" que despertó un extraordinario interés entre el estudiantado y los profesores de dicha casa de estudios. El Aula Magna de la Facultad de Derecho, donde tuvo lugar el evento, fue completamente desbordada por una concurrencia que superaba con creces las quinientas personas. Lamentablemente no tuve la posibilidad de conocerlo personalmente en esa ocasión, ni de escuchar, entre las múltiples preguntas que suscitó mi intervención, a nadie que compartiera siquiera remotamente las acusaciones de que soy objeto en su escrito. Pero esto no importa ya. Vayamos a los temas de fondo.

Una novísima lectura del marxismo

Permítase comenzar diciendo que dejaré de lado cuestiones menores que revelan el profundo desconocimiento que García tiene de mi pensamiento. Sería absurdo argumentar que tiene la obligación de conocer prolijamente mis escritos. Pero si alguien quiere darse el lujo de adjetivar a voluntad a su ocasional contrincante tiene que asegurarse primero de estar suficientemente familiarizado con su obra a fin de ahorrarse desagradables refutaciones. Decir que en alguna parte de mi obra yo habría dicho que "Maquiavelo es el instigador de la tortura" constituye una prueba del absoluto desconocimiento que mi crítico tiene de mis escritos (y por lo tanto de la liviandad con que los juzga y califica). Si hay algo que por años ha caracterizado mi lectura del teórico florentino, fuertemente influenciada por la interpretación gramsciana del mismo, es precisamente una lucha sin cuartel contra la leyenda negra levantada por la Iglesia y por la tradición liberal y que lo presenta como el maestro del mal y el inventor de cuanta infamia haya ocurrido en la vida política de las naciones. Para evitar futuros yerros recomiendo a mi crítico la lectura de un pequeño texto mío titulado "Maquiavelo y el infierno de los filósofos" (Cf. Tomás Varnagy, compilador: Fortuna y Virtud en la República Democrática, Buenos Aires, CLACSO, 2000).

Mi crítico me acusa de sectarismo porque no encuentro razón alguna para citar a una frase de Bill Gates: "en el mundo virtual todos somos criaturas iguales". Contrariamente a lo que García opina la causa por la cual rechazo la conveniencia de citar al zar de la informática no es, como él dice, porque sea neoliberal, que en realidad no sé si lo es o no, o porque sea un mega empresario monopólico, sino porque dice una tontería. Y resulta una flagrante contradicción que una obra como Imperio, que declara abiertamente su adhesión al comunismo, cite un lugar común de la ideología neoliberal para apuntalar sus argumentaciones. Me he referido a esta fábula in extenso en otro lugar de modo que no voy a insistir aquí sobre ella. Baste con señalar que esa igualdad de base que Gates ve en el mundo virtual y que Hardt y Negri ingenuamente aceptan oculta algunos hechos desagradables. Por ejemplo, es cierto que en la bucólica Suiza del secreto bancario existen 409 computadores personales por cada 1.000 habitantes y en los Estados Unidos 362 por mil. Allí el mundo virtual y el real se aproximan, aunque tampoco demasiado, y la sentencia de Gates tiene un alto grado de verosimilitud. Pero cuando nos trasladamos al convulsionado mundo de la periferia (y perdón por violar uno de los axiomas de Hardt y Negri, que han declarado la inutilidad de la anacrónica diferenciación entre centro y periferia) donde sobreviven las cuatro quintas partes de la humanidad el acceso a la información y al mundo virtual se torna un poco más problemático. Por ejemplo, en Ghana hay 1,2 computadores por cada mil personas. Y en la India, sede de una pujante industria del software, existe apenas 1,5 computador por cada mil indios. Poco más al Oriente, tres chinos de cada mil se disputan encarnizadamente su acceso a un computador. En Bangladesh la cifra es tan insignificante que ni siquiera puede registrarse. En el patio trasero del centro imperial hay una cierta mejoría, pero las cosas están lejos de ser lo que se dice: en Chile hay 45 computadores personales por cada mil habitantes, 34 en la Argentina, 29 en México, 18 en Brasil, 6 en el Perú, y menos de tres en Guatemala. La cita de Gates es "incitable" no porque venga de quien vino sino porque es un simple ideologema del neoliberalismo. Podemos comprender que el empresario la cite para dejar boquiabierto a un auditorio de ingenuos, pero no que la utilicen dos críticos del sistema. (Cf. "Dos fábulas perversas: la aldea global y la multitud nómada en el imperio". Ponencia presentada a las Terceras Jornadas de Teoría y Filosofía Política, Universidad Nacional Autónoma de México y Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, Septiembre del 2003).

García no ahorra elogios a la obra de Hardt y Negri, autores según él de una "relectura novísima del marxismo". Yo creo, humildemente, que no siempre lo novísimo es buenísimo. Una de las herencias más perniciosas de la Ilustración ha sido, precisamente, la de pensar que lo nuevo siempre es mejor. Una relectura novísima debe ser, por lo tanto, mejor que una lectura tradicional. Tal convicción refleja el error de los mentores de mi crítico, para los cuales el novísimo imperio debe ser mejor que el arcaico imperialismo de los estados, pueblos y naciones. Se trata de una visión excesivamente ingenua, infantilmente evolucionista, y que no tiene lugar en el pensamiento marxista. Por eso la he criticado.

Uno de los logros de esta "novísima relectura" del marxismo parecería ser la necesidad de luchar contra la dialéctica, pese a las reiteradas recomendaciones en contrario del propio Marx y, después de él, de todos los clásicos del marxismo. El abandono de la dialéctica significa, lisa y llanamente, adherir a una teoría de la historia concebida como una acumulación lineal y sin contradicciones de acontecimientos. Una tal concepción termina sacralizando todo lo existente, entre otras cosas el capitalismo, la propiedad privada de los medios de producción y el imperialismo. Uno de los más grandes triunfos ideológicos de la derecha ha sido precisamente el haber impuesto esta concepción que remata en la eternización del capitalismo y en el fin de la historia. Me resulta difícil concebir un argumento radicalmente crítico del presente al margen de la dialéctica. Me permito sugerir a mi crítico, tan interesado en mis palabras, la lectura de "Marxismo y filosofía política" y "Filosofía política y crítica de la sociedad burguesa: el legado teórico de Karl Marx" donde me dedico extensamente a examinar este problema (en Atilio A. Boron, compilador: Teoría y Filosofía Política. La Tradición Clásica y las Nuevas Fronteras y en La Filosofía Política Moderna. De Hobbes a Marx, ambos disponibles en librerías o en la Biblioteca Virtual de CLACSO, en http://www.clacso.edu.ar/ o http://www.clacso.org/).

Sobre clases y multidudes

Obnubilado por lo que Platón llamaba "el afán de novedades" y por la oscuridad propia del laberinto en el cual se ha perdido mi crítico descerraja a diestra y siniestra temerarias afirmaciones que lo distancian irreparablemente de toda la tradición marxista, situándolo en un universo teórico todavía inexplorado y plagado de yerros e inconsistencias. He aquí algunos ejemplos:

a) Se nos dice que "las clases fundamentales se han redefinido: el proletariado hacia la multitud y la burguesía hacia un poder cada vez más monárquico". ¿Qué significa esto? ¿Que el proletariado ya no es lo que era antes? Claro que no. Dado que la dialéctica histórica es incesante y todo lo cambia sería absurdo pensar en clases concebidas como entidades metafísicas o como esencias platónicas alojadas en el Topos Urano. Pero, ¿el proletariado "redefinido" en dirección de la multitud? ¿Qué es eso? Es indudable que el proletariado de hoy es una categoría mucho más amplia y heterogénea que la que existía en tiempos de Marx y Engels, y la referencia de García al "Capítulo Sexto (inédito)" de Marx es correcta. Pero, ¿convertido en multitud? Muy improbable. Tal afirmación requiere, antes que nada que alguien explique la constitución sociológica de la multitud. Ni García ni sus mentores lo han hecho satisfactoriamente. No se reemplaza el análisis riguroso de las categorías con vagas invocaciones a conceptos abstractos desprovistos de toda conexión con lo real. Además, cualquiera mínimamente informado en la tradición sociológica sabe que, por definición, el concepto de multitud alude a un agrupamiento inestable, efímero, de intermitente presencia y constituido con prescindencia de las articulaciones estructurales de sus componentes. ¿Esas son las características que hoy tiene el gran universo de los trabajadores asalariados? No me parece.

En relación con la tesis de que la burguesía se redefinió como un poder monárquico diría que, en primer lugar, tal proceso no atañe a las determinaciones fundamentales de la burguesía como clase y que remiten a la forma como se apropia de los medios de producción y del producto del trabajo social. Que su poder político se ejerza "monárquicamente" -cualquiera sea la forma en que éste se defina- está lejos de ser una novedad de nuestro tiempo. Ya había sido señalado por Marx y Engels en la segunda mitad del siglo diecinueve. El problema es ver qué es lo que esto significa hoy, en el aquí y ahora del capitalismo. Y, más allá de la metáfora, es poco y nada lo que sobre este tema podemos sacar en limpio del escrito de Hardt y Negri.

b) Una afirmación enigmática, para decirlo con mucha benevolencia, es la siguiente: "si decimos que el imperio es un poder global, sin límites aparentes, también decimos que no se puede luchar contra él. La multitud, los muchos, sería minúscula comparada con el poder soberano" (sic). Pero, ¿qué significa ésto? ¿Qué es eso de que no se puede luchar contra el imperio? ¿Qué es lo que ha hecho Cuba desde 1959? ¿Qué fue lo que hicieron los vietnamitas con las armas en la mano durante veinte años? ¿Qué han hecho hasta ahora la resistencia palestina, los combatientes iraquíes que rechazan la ocupación norteamericana, el pueblo y el gobierno venezolano que recuperó el control de una riqueza básica como el petróleo, los campesinos y trabajadores bolivianos que derrumbaron a un procónsul imperial que apenas si hablaba el castellano, los indígenas ecuatorianos y tantos otros en las más diversas latitudes del mundo? No hace falta ser un lector malintencionado para concluir que semejante "ocurrencia" (me resisto, por respeto a la filosofía, a otorgarle el rango superior de "idea") abona tersamente al pensamiento único cultivado con esmero por los ideólogos del neoliberalismo. En efecto, esa imagen, oculta en la oscuridad terminológica del libro de Hardt y Negri pero evidente en la interpretación de uno de sus más entusiastas admiradores, remata en un planteamiento políticamente claudicante. No hay alternativas a la primacía imperial, de modo que conviene resignarnos ante esa amarga realidad y tratar de sobrellevar esta desgracia lo mejor posible. El imperio es así representado como un Moloch omnipotente e invencible, como una fortaleza inexpugnable que, para colmo de las paradojas, en un alarde de masoquismo habría sido creada por la propia multitud. Si la subestimación de nuestras propias fuerzas es mala, la sobre-estimación de las del enemigo es todavía peor. La primera puede desembocar en una sobria y realista evaluación de nuestras posibilidades, mientras que la segunda nos desarma ideológicamente y perpetúa nuestra subordinación ante los poderosos.

c) Volvamos al tema de la multitud. En su escrito mi crítico dice, por ejemplo, que "por multitud se entienden todas y todos los potencialmente conflictivos, la base está conformada por los pobres, el sujeto más poderoso" (sic). La multitud, se nos dice además, es por definición no-representable. Revisemos cuidadosamente estos aportes derivados de la "novísima" relectura del marxismo promovida por Hardt y Negri. Para hacerlo vamos a tomar un ejemplo hipotético derivado de la realidad de Colombia, un país que nuestro crítico sin duda debe conocer muy bien. ¿Quiénes podrían ser estos sujetos potencialmente conflictivos que constituyen a la multitud? Bien. Comencemos por los que en Colombia se los considera sin dudas como los más conflictivos: los "paras", o los "paramilitares," para expresarlo en el lenguaje corriente. Luego habría que agregar a los "narcos," que como es bien sabido mantienen fraternales relaciones con los primeros. Estamos en presencia de una temible combinación de actores altamente conflictivos, y no hemos terminado. ¿Podríamos dejar de lado a los sicarios, que asesinan a los militantes populares y de izquierda? ¡De ninguna manera, si encima son pobres! Habría luego que agregar al lumpenproletariado, es decir, a los segmentos en descomposición de las clases populares y que suelen actuar como masa de maniobra de gobiernos reaccionarios, "paras" y "narcos" y de cuyas filas se reclutan los sicarios. Luego de esto tendríamos aportando a la multitud a los desplazados por la violencia y las campañas de erradicación del cultivo de la coca promovida y ejecutada por las fuerzas de ocupación norteamericanas en algunas regiones de Colombia. Agréguese también, por supuesto, a los pobres de la ciudad y el campo: campesinos, pobladores urbanos, ocupantes precarios de terrenos en las ciudades, trabajadores por cuenta propia, obreros precarizados, desocupados, obreros tradicionales en el sistema formal de relaciones de trabajo, empleados, y así sucesivamente.

Ante tan heteróclita configuración de grupos, categorías y clases sociales, ¿qué utilidad puede tener un concepto tan extenso, epistemológicamente hablando, que incluye a toda formación social que sea "potencialmente conflictiva"? Además, luego de lo que nos enseñaron Hegel y Marx, ¿hay alguna que no lo sea? Nuestro crítico, seguramente que entusiasmado por la sucesión de agravios que iban enhebrando su discurso, no reparó en una inteligente advertencia formulada por Michael Hardt cuando, en un reportaje efectuado con posterioridad a la aparición de Imperio, dijera que "en nuestro libro el concepto de multitud funciona más como un concepto poético que fáctico" (Cf mi Imperio & Imperialismo, p. 102). No hay duda que ciertos conceptos poéticos pueden ser poderosos instrumentos de análisis y de transformación social. Pero, por más admiración que la obra de Hardt y Negri suscite en nuestro crítico, ni el primero es Pablo Neruda ni el segundo es Bertolt Brecht. En consecuencia, pese a su belleza poética el concepto de multitud es una categoría teórica vacía, carente de sustancia sociológica y, por lo tanto, de escasa o nula utilidad práctica a la hora de cambiar el mundo.

Un par de observaciones finales sobre el tema de la multitud. Primero, relativa a su "irrepresentabilidad". No constituye sorpresa alguna que una categoría nominal tan amplia y omnicomprensiva carezca por completo de la posibilidad de ser representada, más allá de si es bueno o malo que un grupo social pueda ser representado o no. Por otra parte, lo que en la tradición sociológica se entiende por multitud -que no es lo mismo que entienden Hardt y Negri- es por su naturaleza un fenómeno transitorio, intermitente, que irrumpe de pronto en el escenario público y de la misma manera desaparece en muchos casos sin dejar mayores rastros. Confundir a esta categoría con el proletariado del siglo XXI, que por cierto implica una ampliación de la categoría desarrollada por el marxismo clásico, constituye un gravísimo error de interpretación. En síntesis: el problema de la representación de las clases subalternas no es una cuestión menor. La crisis de las formas tradicionales de representación: el partido y el sindicato no puede ser reemplazada por la exaltación romántica de la democracia directa y del basismo en las sociedades de masas.

Segundo, el tema increíble de la vocación masoquista de la multitud, a la cual nuestros autores, y mí crítico, le atribuyen nada menos que la creación del imperio. Mutatis mutandis esto equivaldría a plantear el disparate de que el proletariado industrial, nostálgico de la abyección y opresión característicos de la vida campesina en el modo de producción feudal se esmeró en crear una clase, los capitalistas, para que lo explotara y los mantuvieran en condiciones infrahumanas de vida. Creo que el argumento es tan absurdo que no merece más comentarios que estas breves líneas.

Estado, democracia, soberanía

a) Sobre la cuestión de la soberanía los planteos de mi crítico son igualmente asombrosos, razón por la cual me veo obligado a citarlos in extenso para facilitar su adecuada comprensión y evitar toda sospecha sobre cualquier posible tergiversación. Se me acusa de clamar, "cual Kautsky, por reconocerle a Estados Unidos el poder supermundial. Cosa que de cierta forma reconoce Negri: el gobierno republicano de Estados Unidos ocupa la cúspide del poder piramidal del imperio. Pero no es el único poder, hay otra serie de instituciones, BM, FMI, OMC y sus hermanas empresas transnacionales, alternas al poder capitalista conjuntamente con otros Estados y ONGs adscritos al imperio. Todo ello mina la soberanía estatal. Esa es una verdad de perogrullo hoy".

Primero, no creo que la primacía de los Estados Unidos en el mundo unipolar de hoy sea producto de los ruegos de Kautsky, y mucho menos de mi improbable clamor. La profundización de las injusticias e inequidades del modo de producción capitalista y la implosión de la Unión Soviética -que le ha dejado a los capitalistas el campo libre para cancelar las concesiones hechas durante su etapa keynesiana y retornar a sus tradicionales prácticas predatorias- es lo que explica la intensificación de los mecanismos de explotación imperialista y el ascenso de los Estados Unidos a esa condición que con mucha indulgencia Samuel P. Huntington llamaba "superpotencia solitaria". Este es un hecho objetivo, comprobable a simple vista y que no se produce por ruegos, lamentos o clamores de ningún tipo.

Segundo, la idea de que la Casa Blanca ocupa la cúspide del poder imperial y que lo "comparte" con otras instituciones como el FMI, el BM, la OMC, con las grandes empresas transnacionales y otros Estados y ONGs es sólo parcialmente correcta, y esto a condición de que se especifique la naturaleza de los "socios" imperiales. Suponer que el FMI y el resto de los mal llamados "organismos financieros internacionales" (mal llamados porque, como lo reconocen los grandes intelectuales del imperio tales instituciones son simples apéndices de los gobiernos del G-7, y principalmente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, y su "internacionalismo" se refiere exclusivamente a su rol de policía mundial a cargo de la custodia de los intereses del capital) son algo distinto al puñado de gobiernos que constituyen el comité que administra los negocios conjuntos de la clase burguesa a nivel mundial demuestra un profundo desconocimiento de los rudimentos mismos de la teoría marxista del Estado. Toda esta proliferación de gobiernos, empresas e instituciones dizque "internacionales" constituyen el entramado a través del cual se procesa la dominación de la clase dominante global asentada en los países del capitalismo metropolitano y que lejos de minar la soberanía estatal no han hecho otra cosa que fortalecerla en los últimos veinte años. La literatura y la evidencia empírica es tan abrumadora que resulta difícil comprender, a no ser por una preocupante ofuscación ideológica, cómo se puede ignorar un hecho tan rotundo como ese. La soberanía estatal que ha sido minada, y esta sí que es una verdad de perogrullo, es la de los países de la periferia. Estados Unidos erradicando cultivos de coca con sus tropas en Colombia demuestra que su soberanía se proyecta con toda la fuerza de un hegemón imperialista, al paso que Colombia ve la suya seriamente mermada. Cuando el embajador de la Casa Blanca en Bolivia exige del gobierno la firma de un contrato leonino para la provisión del gas, y el gobierno cede desatando las iras populares, lo que se demuestra es que Bolivia tiene cada vez menos soberanía, no que Estados Unidos la ha perdido. Y que si la primera recuperó en algo lo que había perdido fue gracias a la impresionante movilización popular que acabó con un gobierno profundamente ilegítimo como el de Sánchez de Losada. Cuando Estados Unidos desconoce el fallo de la Corte Internacional de Justicia exigiéndole pagar a Nicaragua una cuantiosa suma como reparación por los daños producidos durante la guerra contra los sandinistas y Washington ni siquiera se digna a responder al comunicado oficial de la Corte no es la soberanía de Estados Unidos la que ha sido minada sino la de Nicaragua. Es asombroso cómo un latinoamericano puede desconocer realidades tan brutales (y cercanas) como éstas.

Una última reflexión sobre este punto. Nótese la flagrante contradicción (en realidad, una de las tantas que, razones de espacio, me han impedido enumerar en detalle) entre la rotunda afirmación de la pérdida de soberanía estatal referida más arriba y la que mi crítico plantea pocas líneas más abajo al decir que "la soberanía, según Negri, (es) monopolio de la comunicación, de la moneda y de la violencia. Lo que es lo mismo: el éter, el dólar y la bomba atómica. Por tal motivo Estados Unidos ocupa lugar preferencial". Nótese la conmovedora debilidad argumentativa: Estados Unidos ocupa "un lugar preferencial" en el sistema internacional, pese a que su soberanía, supuestamente, se está debilitando. La estructuración del dominio imperialista se decide, con modales cortesanos, estableciendo preferencias y sitiales de privilegio. El éter, el dólar y la bomba atómica son como las acartonadas indumentarias y las antiguas pelucas utilizadas por los cortesanos de Luis XIV mientras bailaban serenamente al compás del minué. Todo el horror, la sangre y el fango de la dominación capitalista y su proyección internacional quedan convenientemente dulcificados en la versión del diligente discípulo de Hardt y Negri. El monopolio de la comunicación, la moneda y la violencia es una minucia anecdótica que en nada debilita el argumento de la declinante soberanía estatal. ¡Y el imperialismo es una simple cuestión de "preferencias"!

b) Sobre el Estado. Mi crítico es presa de santa indignación porque no comparto la tesis de Hardt y Negri de que "el Estado ha sido derrotado y las empresas hoy gobiernan la tierra". Tal como he puesto en evidencia en Imperio & Imperialismo la idea de que las empresas transnacionales están gobernando el mundo y provocado la derrota y desordenada huída de los estados nacionales es de una superficialidad inadmisible en cualquier análisis serio de la realidad económica y política contemporánea. La expansión global de estos modernos leviatanes es simplemente incomprensible al margen de las activas políticas estatales que, desde los capitalismos metropolitanos, crearon las condiciones económicas, políticas e ideológicas que la hicieron posible. ¿Mediante qué mecanismos? Gracias a las políticas impulsadas por algunos estados nacionales, comandados por Estados Unidos, que impusieron contra viento y marea las reglas del neoliberalismo global: en los países metropolitanos más o menos pacíficamente, y en la mayoría del mundo apelando a dictaduras o corrompiendo a frágiles democracias que capitularon ante los señores del dinero. En ambos casos, pero, imponiendo políticas concretas, generadas por los estados (y no por los directorios de las empresas "transnacionales") y promovidas en la periferia gracias al accionar de los agentes y perros guardianes del imperialismo: el FMI, el BM, la OCM, el BID y otros por el estilo, encargados de imponer gracias a las "condicionalidades" con las que asfixian a los países endeudados las políticas de apertura comercial, desregulación financiera, liberalización económica, precarización laboral, privatizaciones y todo el decálogo del Consenso de Washington, utilizando para ellos el poder de chantaje que Estados Unidos dispone sobre todo en América Latina y el Caribe. En los países metropolitanos esta labor de disciplinamiento fue realizada de modo igualmente efectivo pero sin las estridencias conocidas en el Sur. Allí la tarea estuvo a cargo, principalmente, de los banqueros centrales y de los ministros de hacienda, con la vergonzante complicidad de las diversas fracciones (conservadores, socialdemócratas, democristianos, etc.) del partido del capital. A pesar de lo que piense nuestro crítico, la mediación estatal sigue siendo crucial e imprescindible para la dominación burguesa. En caso de que mis argumentos no le resulten persuasivos sugiero la lectura de un imprescindible texto de Ellen Meiksins Wood (Cf. Empire of Capital, Londres, Verso, 2003).

c) Acerca de la democracia. Mi crítico se encoleriza porque sostengo que no hay democracia posible al margen del estado. Tal vez no sepa que, según Marx, la democracia también es una dictadura por la cual una minoría se las arregla para explotar "pacífica y democráticamente", con métodos constitucionales, a una mayoría. Con el advenimiento de la sociedad comunista, es decir, con la desaparición de la sociedad de clases, el fin de la explotación del hombre por el hombre y la total expansión de la democracia, el estado simplemente se extingue. Pero mientras se llega a esa condición, toda democracia, aún la socialista, se asienta sobre las estructuras del estado. Una vez que el capitalismo haya sido superado históricamente, produciéndose la famosa aufhebung de Marx, entonces será posible pensar en un nuevo tipo de organización política, aquello que en la tradición marxista denomina "el autogobierno de los productores" y que hará que, siguiendo las enseñanzas de Engels, el estado vaya a parar al museo de antigüedades, junto con la rueca de hilar y el hacha de bronce. En las fases transicionales, aún el más democrático gobierno de las mayorías populares no dejará nunca de ser una dictadura, en el sentido más profundo del término: imposición de un orden legal, económico y político que instaura un nuevo régimen social de igualdad y libertad pero, que para lograrlo, debe transitoriamente consolidar una nueva estructura de dominación capaz de someter a las clases adversarias que no van a renunciar a sus seculares privilegios conmovidas por la creatividad de la democracia. Por si nuestro crítico tuviera dudas acerca del carácter profundamente dictatorial de los capitalismos democráticos pregúntese en qué país el capitalismo, un régimen económico que consagra el despojo del productor directo, se impuso como resultado de una votación con sufragio universal; o qué elección democrática decidió que en nuestras sociedades sus habitantes fueran desarmados y las armas monopolizadas por el estado. O algo más simple: ¿en qué país "democrático" de América Latina el pueblo fue llamado a votar en un referendum sobre qué hacer con la deuda externa? Sobre este tema en particular me permito recomendar a mi crítico la lectura de Tras el Búho de Minerva. Mercado contra Democracia en el Capitalismo de Fin de Siglo (Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2002).

Pensar en un proyecto democratizador con prescindencia del estado es caer en un romanticismo inaceptable para cualquiera que haya pasado el período más fervoroso de la adolescencia. ¿O es que acaso nuestro crítico supone que se puede democratizar el mercado? Estas teorías la pusieron en boga los norteamericanos después de la Segunda Guerra Mundial y bien pronto cayeron en completo descrédito. ¿Piensa acaso, con Hardt y Negri, que se puede democratizar la sociedad civil, quintaesencia de la sociedad de clases? Le guste o no, el único ámbito efectivo de democratización es el estado, con todas sus limitaciones y, sobre todo, con todas las limitaciones que el modo de producción capitalista impone a cualquier proyecto democratizador. Creer, como García, que "la democracia es el gobierno de la multitud y que ésta es procedimiento absoluto" implica un profundo desconocimiento de la teoría y la historia políticas. Además, "puro procedimiento" es la fórmula preferida por la ciencia política norteamericana, heredera de la tradición elitista de Joseph Schumpeter que concebía a la democracia como un puro procedimiento. Esta era, según el economista austríaco en una afirmación que seguramente caerá bien en los oídos de mi crítico, un simple método para decidir quién habrá de gobernar, con total independencia del contenido de la decisión. Puro procedimiento, por ejemplo, que permite decidir "democráticamente" enviar a los judíos a un campo de exterminio, a las brujas a la hoguera y a los trabajadores al genocidio. No sólo se trata de una tontería reaccionaria sino que, además, escamotea intencionalmente, y esto es algo que me resulta difícil de comprender en Hardt y Negri, el hecho de que la democracia, como cualquier régimen político, es incomprensible al margen del modo de producción sobre la cual se sustenta. Por eso me perturba profundamente el silencio de Hardt y Negri sobre la revolución y la necesidad de construir una sociedad post-capitalista. Parafraseando a Hegel cuando decía que el estado era el jeroglífico de la razón, la democracia es el jeroglífico del modo de producción. Quien quiera hablar de democracia absoluta de la multitud no tiene derecho a hacerlo si primero no dice cómo se trasciende al capitalismo y se construye la sociedad comunista.

Final sobre las guerras del imperio: ¿"justas", "humanitarias", o de rapiña?

Quiero terminar esta ya excesivamente larga respuesta mencionando apenas un tema que mi crítico ha captado con total justeza cuando dice que "Boron no se acerca ni de lejos al concepto de 'guerra justa'. Le parece que lo relevante es que Estados Unidos es el hegemón del mundo y que sus intervenciones no son para edificar un nuevo derecho internacional. Según Imperio las guerras justas (Irak 1990, Kosovo 1999) se hacen para ampliar el consenso de la justicia humanitaria. Verbigracia, la guerra contra Irak en 2003: los vamos a liberar anunciaba Bush hijo en su guerra contra el terrorismo" (sic). Efectivamente, García tiene razón. Ni ebrio ni dormido podría yo admitir que (i) las guerras imperialistas son "guerras justas"; (ii) que tales aventuras de saqueo y pillaje fueron lanzadas para edificar un nuevo derecho internacional o, como dicen Hardt y Negri, respondiendo a un clamor internacional para fortalecer la justicia humanitaria; (iii) que los Estados Unidos actúan por otra cosa que no sea su afán de perpetuarse como el hegemón mundial, como el jefe indiscutido de la coalición imperialista, y que esto es de lejos lo más relevante; (iv) y mucho menos podría yo creer que los Estados Unidos van a liberar a nadie, o que las masacres perpetradas en las guerras del Golfo, en Kosovo, en Bosnia y ahora en Irak fueron motivadas por el afán de construir un orden internacional más justo, libre y democrático. Discrepo profundamente tanto con Negri cuando declara que "la guerra de Irak es un golpe de estado de los Estados Unidos contra el Imperio", lo que me parece un monumental error, como con los halcones norteamericanos que dicen que sus aventuras de rapiña imperialista son "guerras humanitarias", concepto éste que constituye un insanable oxímoron.

Debido a que las tesis de la "guerra justa" han reaparecido con fuerza últimamente conviene aclarar algunos puntos para evitar nuevas confusiones. Tal como lo advierte Ellen Meiksins Wood en el libro arriba mencionado la tradición de la "guerra justa" se caracteriza por su extraordinaria versatilidad, que le ha permitido ser utilizada por las clases dominantes como un instrumento legitimador de toda clase de aventuras imperialistas. No obstante ello, la doctrina de la "guerra justa" tiene una serie de premisas básicas incompatibles con la ligera caracterización que nuestro crítico hace de las atrocidades sistemáticas llevadas a cabo por los representantes del "mundo libre y la civilización occidental" en las regiones periféricas. Ellas son las siguientes: (i) debe haber una causa justa; (ii) la guerra debe ser declarada por una autoridad legítima; (iii) con un propósito moral y políticamente correcto; (iv) una vez que todos los otros medios no violentos de resolución del conflicto hayan sido agotados; (v) la guerra debe tener altas probabilidades de alcanzar los fines deseados; y (vi) los medios utilizados deben guardar proporción con los fines.

Como bien lo señala esta autora, cada aventura belicista de los Estados Unidos y sus aliados fue precedida por una especiosa manipulación de las primeras cuatro condiciones de la "guerra justa": tenemos una causa justa, la guerra fue declarada con la aprobación del Congreso, queremos el bien -llámese llevar la democracia, la libertad y los beneficios del libre mercado a pueblos atrasados y sometidos a crueles tiranías- y hemos agotado todas las instancias diplomáticas antes de hacer hablar a las armas. Este es el discurso corriente de los Bushes, Aznares y Blairs de todo el mundo. Cualquier análisis riguroso demostraría cómo estas cuatro condiciones son violadas -sutilmente violadas, es cierto- pero aún así podría decirse que se salvan las apariencias. Sin embargo, lo que es insalvable, y descalifica frontalmente el argumento de quienes pretenden justificar estas tropelías en nombre de la tradición de la "guerra justa", es la violación que se verifica con relación a las últimas dos premisas. ¿Por qué? Primero, porque no hay "solución militar" capaz de erradicar el terrorismo de la faz de la tierra. La así llamada "guerra contra el terrorismo" es un sinsentido. Nada garantiza mejor la sobrevivencia y reproducción incesante del terrorismo que la respuesta militar. Y los hechos que acaban de acontecer en Madrid el 11 de Marzo son una prueba más de la criminal futilidad de intentar resolver los desafíos que plantea el terrorismo aplicando otro terrorismo, esta vez oficial y legal, y organizado por los estados. Como bien recuerda Gore Vidal, la guerra es el nombre que se le da al terrorismo de los ricos. Segundo, porque en el caso de las guerras imperiales de nuestro tiempo la desproporción entre los medios aplicados y los fines que se pretende alcanzar es tan descomunal que da por tierra con la doctrina. No se puede, moralmente hablando, arrasar países enteros -como Afganistán, Irak, Palestina, por ejemplo- sembrando muerte y destrucción entre millones de inocentes con el objetivo de desarticular una red de fundamentalistas islámicos que tiene sus miembros esparcidos en más de sesenta países.

Por eso lo que plantea la Casa Blanca, con la criminal complicidad de los gobiernos de España y el Reino Unido, poco y nada tiene que ver aún con la ambigua tradición de la "guerra justa". Es, por el contrario, algo mucho peor: como dijera Richard Perle, uno de los más agresivos halcones de Washington, se trata de llevar hasta sus últimas consecuencias una guerra total e infinita. Una guerra sin fin, sin claros propósitos y sin un período siquiera mínimamente acotado. Por eso rechazo el uso de la categoría de "guerra justa" que tanto entusiasma a mi crítico. Por eso dicha categoría no puede ocupar lugar alguno en el seno de una teoría marxista del imperialismo.

La guerra, después de la guerra

La guerra, después de la guerra Emir Sader
Servicio Informativo "alai-amlatina"


El gobierno norteamericano declaró terminada la guerra de Iraq hace exactamente un año, tiempo que ya dura la ocupación del país por las tropas lideradas por Estados Unidos. Desde entonces murieron dos veces más soldados norteamericanos que durante el tiempo de la guerra -según los criterios de los estrategas de EE.UU.-, el mundo está más inseguro sin Sadam Hussein en el poder, su aliado Aznar acaba de caer, derrotado por las mentiras sobre la lucha "contra el terrorismo", y el propio Bush ve amenazada su reelección.

Se trató, en la segunda guerra de Iraq, de la aplicación más coherente y consecuente de la nueva estrategia político-militar de EE.UU., formulada en el segundo semestre de 2002, que reivindica para ese país el derecho de utilizar todos los medios para mantener su superioridad militar, así como el derecho de actuar como "policía del mundo", al teorizar la necesidad de un nuevo "poder imperial", que imponga orden en regiones y países del mundo incapaces de autogobernarse, en el marco de lo que reivindica también el derecho de "guerras preventivas", que prevengan ataques "terroristas". Se militarizan los conflictos, que pasan a ser tratados por medio de la fuerza, simultáneamente al retiro de cualquier acuerdo internacional por parte de EE.UU. - como quedó claro en su decisión unilateral de atacar a Iraq, incluso sin apoyo de la ONU-, porque ataques preventivos y unilaterales solo son posibles con el uso de la fuerza y no de un imposible consenso en torno a una doctrina legitimadora de la superioridad militar norteamericana.

El carácter "preventivo" de la guerra de Iraq ni siquiera se confirmó, porque las "armas de destrucción masiva" no fueron encontradas, el argumento pasó a ser el de que "el mundo está más seguro sin Sadam". Hoy los mismos dirigentes son obligados a reconocer que elaboraron informes con el fin de imponer la necesidad de una guerra que era perfectamente evitable. Pero ella proyectó a Bush y a Blair como cabezas de la "guerra contra el terrorismo" a escala mundial y forzó a sus aliados a adaptarse a esa prioridad estratégica norteamericana.

Las guerras, sin embargo, no acaban cuando los que se consideran vencedores así lo decretan, porque les conviene. La guerra regular terminó, EE.UU. triunfó, pero tiene enormes dificultades para imponer su "paz". El país, ya dividido en términos religiosos y políticos, quedó todavía más con la presencia de las fuerzas de ocupación. Si no hay formas alternativas que pudieran reunificar Iraq, tampoco parece haber coalición suficiente de fuerzas para estabilizar la ocupación. De ahí que el país se desangra, con una resistencia activa, que golpea no solamente a militares de ocupación, sino también a los que ella considera colaboradores de esas fuerzas, así como a la población en general, como para probar que el orden no puede reinar en un Iraq ocupado.

Terror en Madrid

Los atentados de Madrid, dos años y medio después de los de Nueva York y Washington, pueden estar demostrando que finalmente los grupos islámicos están preparados para golpear otros blancos frágiles -ciudades de países como España, Italia e Inglaterra-, por la participación de sus gobiernos en la guerra y ocupación de Iraq. Serían blancos fáciles, pero facilitarían la misión norteamericana de comprometer a esos aliados con su política de privilegiar el "combate al terrorismo".

Sin embargo el resultado electoral de España, castigando a Aznar y su partido de la "nueva derecha", el Partido Popular (PP), por la mentira, por la tentativa de instrumentalización de los atentados para obtener ganancias electorales y por dejar a la población del país vulnerable por el apoyo incondicional a Bush, llevó a la caída de uno de los gobiernos más estrechamente aliados de EE.UU. y puede indicar una dirección peligrosa para los que estrechen todavía más sus alianzas con Washington.

Los atentados de Madrid pueden significar un debilitamiento o un fortalecimiento de la nueva candidatura de Bush. El se debilita, en la medida en que se constata que el mundo es más vulnerable que hace dos años y medio a los ataques terroristas y que los aliados de Bush, como Aznar, tienen dificultades para mantenerse en el poder, cuando se comprometen fuertemente con la estrategia belicista de los Estados Unidos. Pero Bush se puede fortalecer, en tanto se tome a los atentados como confirmación del riesgo que Al Qaeda representa para todo el mundo y de la necesidad de privilegiar la "guerra contra el terrorismo", lo que favorece la reelección en el plano interno.

Desafíos para la izquierda

Ese cuadro plantea un duro desafío para los que luchamos por "otro mundo posible". Los fundamentalistas islámicos retoman su ofensiva para polarizar contra el poder imperial norteamericano, buscando ocupar el lugar central de resistencia, dándole un carácter religioso e imponiendo métodos de terror. La resistencia iraquí, de mucho valor como expresión de la forma de resistencia contra la ocupación de su país, extiende cada vez más sus atentados, afectando ahora no solamente a soldados extranjeros, sino a acusados de colaboración y, más que eso, de forma indiscriminada, haciendo acciones que involucran a la sociedad civil, buscando demostrar que EE.UU. no es capaz de garantizar el orden interno.

Los que luchamos por la resolución pacífica y negociada de los conflictos mundiales y locales tenemos que ser capaces de proponer no solamente una política de democratización de las relaciones políticas mundiales, sino también un plan de paz para Iraq y otras zonas de mayor conflicto hoy en el mundo. Tenemos que saber demostrar que otra vía, que no es la del terror de lado y lado, es posible, necesaria y urgente.

Las guerras actualmente tienen en los pueblos desarmados sus víctimas principales, de la misma forma que los atentados terroristas. Ellas representan el triunfo de los más fuertes, que se valen de los recursos que lograron acumular para transformarlos en fuerza técnica y militar para oprimir a los pueblos y a las naciones que no se someten a sus designios. La línea de acción de EE.UU., de militarizar los conflictos, es la de tratar de imponer su superioridad material sobre los otros, haciendo de ella el instrumento esencial de su dominación.

La hegemonía norteamericana en el mundo, un año después del fin oficial de la guerra en Iraq, ¿está en crisis? ¿Cuáles son los elementos de fuerza y de debilidad en la construcción de una hegemonía alternativa? Estas son cuestiones fundamentales para nuestra lucha hoy. Cualquier sobrestimación o subestimación de la fuerza de cada uno de los campos nos alejara de la correlación real de fuerzas existente en el mundo y nos dejará indispuestos para enfrentar los desafíos presentes y futuros.

Fuerza de los valores americanos

Hoy la mayor fuerza de EE.UU. en el mundo no está en su superioridad militar. Vietnam y Cuba ya demostraron que ella puede ser vencida. La superioridad norteamericana, responsable por su hegemonía mundial, está en la fuerza de su ideología, de los valores cotidianos que propagan por el mundo, en la forma de vida que fabrican, practican y exportan hacia todos los rincones del planeta. En eso reside su fuerza mayor. Con la desaparición del "campo socialista", EE.UU. prácticamente ocupa solito el espacio de las formas de vida en sociedad en el mundo de hoy. El contrapunto viene de formas de organización social más atrasadas, como las del fundamentalismo islámico, conservadoras, religiosas, represivas. Hasta China se deja influenciar por las formas de vida norteamericanas, después de haber pasado siglos cerrada en su cultura y forma de vida. Se Apoya no solamente en la crisis del socialismo, sino también en una maquinaria publicitaria e informativa mundial, con una poderosa capacidad de influencia en todo el mundo.

La economía de EE.UU., aunque no tenga hoy el ímpetu que tuvo hace algunas décadas, es más fuerte comparada con las otras -la soviética desapareció, la japonesa y la alemana se debilitaron-, constituyéndose en la locomotora de la economía mundial, aunque con graves debilidades y dependiendo mucho del mundo exterior. Pero prácticamente todos los otros países también dependen de la economía norteamericana.

No debemos sobrestimar la fuerza de EE.UU., pero tampoco creer que se trata de un "tigre de papel", que tiene "dominación sin hegemonía", esto es, que tiene el poder por la fuerza. Estas son versiones simplistas, que no dan cuenta de la fuerza del enemigo y, al subestimarlo, no se puede acumular la fuerza suficiente para derrotarlo. Esto aconteció en el pasado reciente, con las versiones del tipo "el mundo camina al socialismo", como si los destinos de la humanidad caminasen independientemente de la capacidad de organización, de conciencia y de lucha de los hombres y mujeres concretamente existentes.

Tenemos que dar combate en todos los frentes, pero privilegiando la movilización popular, la conciencia y la creación y formas de vida alternativas, que configuren el tipo de sociedad que queremos. La lucha contra la hegemonía norteamericana es así una lucha global -económica, política, militar, ideológica-, por la construcción de un tipo de mundo alternativo. La fuerza de EE.UU. queda más clara ante la debilidad de las otras fuerzas, muchas de ellas con divergencias secundarias con Washington - como los países europeos y Japón, por ejemplo- o porque predican formas retrógradas de vida -como los fundamentalistas islámicos- .

De ahí el desafío de retomar nuestra lucha, a partir del día 20 de este mes, para apropiarnos de la lucha antiimperialista, con banderas de paz, de solidaridad, de humanismo -aquellas que caracterizan nuestra lucha por "otro mundo posible". Esta es nuestra guerra, la guerra por la paz y por la fraternidad entre los pueblos, por la igualdad y por la justicia.

* Emir Sader es profesor de la Universidad de São Paulo (USP) y de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj). Publicado en Jornal "Brasil de Fato" 17 de marzo.

Nueva campaña mediática contra Venezuela

Nueva campaña mediática contra Venezuela El rebaño perplejo domesticado por los medios

Marta Harnecker
Rebelión


1. En un artículo del 24 de febrero(1) anuncié que la oposición venezolana se preparaba "para desconocer al árbitro y producir una situación de caos en el país." Tres días después, las fuerzas antichavistas realizan una marcha tratando de aproximarse al lugar donde se llevaba a cabo la reunión del Grupo de los 15(2) sabiendo que estaba expresamente prohibido hacerlo. La Guardia Nacional los detiene pero pequeños grupos de exaltados empiezan a quemar cauchos y a provocar a las fuerzas del orden. La jornada termina con un saldo de 2 muertos y 21 heridos.

2. Al día siguiente los medios nacionales e internacionales, en una orquestada campaña, abren sus primeras planas con grandes titulares adjudicando la culpa de lo ocurrido al gobierno y a la Guardia Nacional. La oposición no logró llevar a cabo una gran movilización como lo esperaba, pero sí logró las imágenes de caos y de violencia que necesitaba para alimentar esa campaña.

3. Los brotes de violencia continúan durante cinco días. El humo de la quema de cauchos y los gases lacrimógenos invaden las elegantes casas de los barrios del Este de Caracas.

El Consejo Nacional Electoral en nuevo compás de espera

4. En medio de esta situación, la tarde del 2 de marzo, Carrasquero, presidente del CNE (árbitro electoral venezolano), revela que la oposición sólo cuenta con 1 millón 832 mil 493 firmas seguras de las 2 millones 452 mil 179 requeridas y que 816 mil 017 deben ir a revisión de acuerdo al reglamento por cuanto existen dudas acerca de la autenticidad de dichas firmas por presentar idéntica caligrafía. Eso quiere decir que la oposición debe lograr que 619 mil 686 personas vuelvan a presentarse en una de las 2 mil 700 mesas que se distribuirán por el país, para hacer constancia de que ellas sí firmaron.

5. Poco tiempo después los observadores de la OEA y el Centro Carter se pronuncian sobre lo planteado por el CNE y la situación en el país.

6. Según ellos el proceso de recolección de firmas ha tenido suficientes mecanismos de control tales como: 1) el uso de papel de seguridad en las planillas; 2) la inclusión los números seriales de las planillas en las actas; 3) la identificación plena del ciudadano mediante la solicitud de firma y huella se identidad; 4) la verificación física de las planillas, incluso los nombres de los ciudadanos con los datos del registro electoral permanente; 5) el examen de actas para verificar que las planillas estén debidamente relacionadas en la misma; y finalmente, 6) la presencia de testigos de ambos lados y de personal entrenado y designado por el CNE.

7. Reconocen también la buena voluntad del CNE al haber acogido sus recomendaciones y manifiestan su apoyo a "los esfuerzos del poder electoral para buscar garantías necesarias para los ciudadanos" que quisieran ir a revisar sus firmas, "exhortándolos a continuar en esa dirección."

8. Pero, al mismo tiempo, deciden hacer públicas sus discrepancias en cuanto a la decisión del ente arbitral de pasar a revisión las planillas "planas", es decir, aquellas en que los datos han sido escritos por una misma mano en toda una planilla. Usan como argumento lo observado en sus recorridos por las mesas durante el "firmazo". Recuerdan haber visto casos en los que la persona de la mesa se ofrecía para escribir los datos del firmante y luego éste ponía su firma y su huella.

9. Consideran por ello que hay que "partir de la buena fe del ciudadano como principio universal" y que, por lo tanto, no se debe cuestionar todas esas firmas como lo estableció el ente electoral, sino sólo aquellas en que alguna persona expresamente pidiera ser excluida.

10. Lo que estos observadores internacionales no saben, porque nunca se ha hecho público, es que la sexta condición y uno de los elementos claves para garantizar la voluntad de los firmantes: la presencia de testigos de ambas partes durante todo el proceso de recolección de firmas, no se cumplió a cabalidad, tanto por inexperiencia de los testigos chavistas que no fueron suficientemente vigilantes de las maniobras fraudulentas opositoras, como por la frecuente ausencia de testigos partidarios del proceso en los recorridos que hacían las planillas itinerantes, es decir, aquellas que salían fuera del área en que estaban instaladas las mesas para hacer un recorrido por el barrio buscando firmas.

11. Habría sido evidentemente más fácil explicar por qué se duda de las planillas llamadas "planas" si el Comando Ayacucho, responsable político del proceso por parte del chavismo, hubiese reconocido una vez terminada la recolección de firmas estas debilidades.

12. La ausencia o incompetencia de los testigos chavistas, la posibilidad de que la oposición hubiese mantenido en su poder las planillas físicas durante alrededor de un mes, y la tradición de fraude de los partidos tradicionales cuyas dimensiones han sido pocas veces vistas en la historia de otros países, hacen absolutamente comprensible y deseable que todas esas firmas sean revisadas.

13. Al decidir esto el CNE no está dudando de la "buena fe" de los firmantes, de lo que se duda, y con razón, no es de la buena fe de los firmantes sino de la buena fe de los operadores políticos de la oposición acostumbrados por décadas a "fabricar voluntades."

14. No cabe duda que al no tener en cuenta estos elementos y revelar sus discrepancias con las recientes decisiones del CNE de llevar a reparo las planillas "planas", la OEA y el Centro Carter han dado elementos a la oposición para desconocer al CNE y seguir poniendo obstáculos al proceso de validación de las firmas.

15. Habría que preguntarse por qué la oposición pone tantos problemas para ir a una ratificación de las firmas de las planillas planas si ha dicho reiteradamente que tiene más de 3 millones de firmas? La única explicación plausible es que no cuenta con el número necesario de firmas.

16. Actualmente el CNE está entrampado porque aún no hay acuerdo entre todas las partes en cuanto a cómo realizar el proceso de revisión de las firmas (el reparo). Por otra parte, envalentonado con estas declaraciones, un sector de la oposición está buscando directamente que el Tribunal Supremo de Justicia, la máxima instancia en este terreno, se pronuncie contra la decisión del CNE y considere válidas las firmas de las planillas planas. Si esto llegara a suceder la oposición contaría con las firmas necesarias para ir a réferendum revocatorio contra el presidente de la República.

17. Hay quienes sostienen que la mejor forma de salir del actual impasse que vive el país es que Chávez acepte el desafío de medirse en las urnas. Aunque todo hace pensar que saldría como triunfador de esta contienda electoral, el problema es que nadie puede asegurar que una oposición, que ha pasado sin escrúpulos por encima de las reglas del juego institucional cuando conviene a sus intereses, vaya a aceptar el veredicto del pueblo en tal referéndum si éste se muestra favorable al actual mandatario.

La violencia se revierte contra la oposición

18. Negativas en cuanto al proceso revocatorio, las declaraciones de los observadores de la OEA y Centro Carter fueron muy positivas en cuanto a que condenaron la violencia desatada en Venezuela y justificaron la participación de la Guardia Nacional en la mantención del orden público.

19. Jennifer McCoy, representante del Cetro Carter, rechazó "cualquier solución violenta" e hizo un llamado "a los ciudadanos, a los medios, a la fuerza pública para evitar la violencia y proteger la vida humana de todos los venezolanos". Fernando Jaramillo, observador de la OEA, por su parte, dijo al respecto textualmente: "los miembros de la GN están recibiendo órdenes y cumpliendo una misión, [...] es difícil pensar que la GN o las fuerzas militares no puedan combatir la anarquía en un país, y por eso también hacemos un llamado a los ciudadanos como lo hicimos aquí que, con todo respeto por su derecho a protestar, consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, obviamente lo hagan de una forma pacífica, eso es lo más importante."

20. La estrategia opositora de provocar focos de violencia para amplificar y difundir masivamente una imagen de caos e ingobernabilidad en el país que prepare el terreno para una potencial injerencia extranjera, sufre así un duro golpe.

21. Pero no solo los observadores internacionales rechazan la violencia, más rechazo aún provoca ésta en los habitantes de los barrios acomodados. Sus propios espacios sufren las consecuencias. La quema de cauchos, destrucción de semáforos y todo tipo de señalización, el corte de árboles y vuelco de basura para quemarlos y hacer barricadas, los gases lacrimógenos, todo ello produce un ambiente de guerra y desvastación. Cientos de millones de bolívares costará reparar los daños causados por los "grupúsculos foquistas" azuzados por alcaldes y líderes políticos opositores. Encuestas realizadas luego de los hechos de violencia reflejan que más del 80 % de la población de la capital rechaza este tipo de enfrentamientos.(3)

Los derechos humanos en el centro de la nueva campaña mediática

22. Frente al obvio fracaso en el intento por ganar fuerzas internas para su proyecto violentista, el comando político opositor decide entonces hacer un viraje en la campaña: evitar actos de violencia, manifestar pacíficamente en las calles e iniciar una nueva ofensiva mediática.

23. Con imágenes de las víctimas de la violencia que ellos mismos desataron, sintomáticamente ocurridas en lugares donde existían cámaras de televisión, se monta una muy bien orquestada campaña mundial contra el actual gobierno venezolano -uno de los gobiernos más democráticos y menos represivos del mundo- acusándosele de violador de los derechos humanos.

24. La renuncia de Milos Alcalay, embajador en la ONU(4), a su cargo el 4 de marzo acusando a las autoridades venezolanas de abuso de los derechos humanos, servirá de alimento a esta campaña.

25. La imagen filmada por el canal televisado de noticias Globovisión el primer día de las manifestaciones violentas, el 27 de febrero, de una mujer joven arrojada al suelo por la Guardia Nacional luego de haber marchando desarmada pero con paso firme hacia las primeras líneas de defensa de este cuerpo de orden interno, calza como un anillo al dedo a esos objetivos.

26. Lo que esos medios no transmiten es que la joven mujer golpeada es una karateca -basta mirar con atención su forma de andar y su forma de caer al suelo para darse cuenta de su entrenamiento en estas artes marciales- que recibió previamente instrucciones para avanzar y provocar a la Guardia Nacional. ¿Por qué Globovisión está precisamente a esa hora en ese lugar? ¿Por qué edita la imagen trasmitida inicialmente cortando aquella parte en que ella insulta y escupe en la cara a esos militares? ¿Por qué no dice que quienes respondieron a sus provocaciones fueron inexpertas mujeres de uniforme que cometieron el error de no controlarse frente a semejante provocación?

27. ¿Por qué no informan que uno de los muertos fue víctima de disparos de un arma casera (la llamada metra) usada por los provocadores a sueldo de la autoproclamada "oposición democrática?

28. ¿Por qué no dicen que 6 miembros de la Guardia Nacional fueron heridos de bala, uno en el rostro, otro en las piernas, tratando de preservar el orden en Venezuela?

29. ¿Por qué se acusa al gobierno de la detención de varios activistas políticos y no se informa que Carlos Melo, dirigente del partido Causa R, fue detenido cuando portaba dos fusiles automáticos livianos, conocidos como FAL, arma de guerra de exclusivo uso militar desechada ya por los ejércitos del primer mundo porque un cartucho de ese calibre es capaz de partir una persona en dos?

30. ¿Por qué no se difunde que se detectó mediante el uso de la técnica del ATD la presencia de pólvora en las manos de dos policías de Baruta (policía municipal de un alcalde opositor al gobierno de Chávez), testificándose así que fueron miembros de este cuerpo policial y no de la Guardia Nacional los que estuvieron manipulado armas de fuego contra los manifestantes?

31. ¿Por qué no se proyectan las imágenes del allanamiento a una casa particular donde se descubren uniformes militares y diferentes tipos de armas?

32. ¿Por qué silencia las imágenes de evidente brutalidad con la que provocadores a sueldo -así los testifican varios detenidos- destruyeron las sedes del Movimiento Quinta República y del Comando Ayacucho, ubicadas en la Avenida Libertador y Los Caobos respectivamente?

33. ¿Cómo pueden justificar que el propio alcalde antichavista de Chacao, municipio residencial de Caracas, aparezca tirando piedras en la avenida Libertador y cargando un arma de 9 mm en una marcha pacífica, cuando está prohibido nacional e internacionalmente asistir a las marchas con armas de fuego? ¿Cómo se explica que este personaje no haya tomado las medidas que le competen para impedir que la simbólica plaza Altamira -plaza en que suele reunirse la oposición- fuera arrasada destruyéndose avisos, semáforos, rejas, cercas?

34. ¿Por qué los medios no se han hecho eco de las declaraciones de Chávez y otros miembros de su gobierno donde han manifestado su disposición a investigar cualquier exceso en el uso de la fuerza pública contra los manifestantes?

35. ¿Por qué no se ha destacado que el presidente de la República y el ministro de Comunicaciones se han expresado públicamente valorando muy positivamente la importante movilización pacífica realizada por la derecha el viernes 5 de marzo donde tanto la Policía Metropolitana (compuesta por una mayoría antichavistas) como la Guardia Nacional se mantuvieron en sus respectivos puestos sin verse obligadas a intervenir?

36. Respuestas a estas preguntas debería tener la comunidad internacional antes de pronunciarse acerca de la situación de los derechos humanos en Venezuela. Es desolador ver cómo esta campaña está prendiendo en muchos países. A nuestro entender esto refleja el escaso distanciamiento crítico que connotados políticos y personalidades del mundo tienen frente a las informaciones difundidas por los medios. Cuesta imaginar que muchos de ellos hayan pasado tan fácilmente a formar parte del "rebaño perplejo" domesticado por los medios del que habla Chomsky en uno de sus libros.

14 de marzo 2004

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Notas

1. Venezuela: la oposición se prepara para desconocer al árbitro y producir una situación de caos, http://www.rebelion.org/harnecker.htm , 24 febrero 2004.

2. Este grupo reúne a 19 países del Sur.

3. La encuesta fue ralizada por el North American Opinión Research, INC. Flash Gran Caracas, 1-2 marzo 2004. El 89 % de los encuestados no quiere que le bloqueen las vías de comunicación de residencia; un 59% está de acuerdo en uso de la FA.

4. Este señor apoyó a los golpistas en las jornadas del 11 y 12 de abril de 2002 y sólo por la benevolencia de Chávez se mantuvo en funciones.

Debacle de Aznar

Final de un pelele

Lisandro Otero
Rebelión


Cayó envuelto en lodo y sangre, mancillado por su servilismo, deshonrado por sus falsedades, con las manos manchadas de los asesinos. José María Aznar ha tenido el final que merecía.

Los once millones de votos recibidos por los socialistas colocan al pueblo español a la altura de sus tradiciones históricas. Ese es el pueblo del alzamiento del dos de mayo, de las batallas de Lepanto y Bailén, de Teruel y el Ebro: un pueblo que reacciona con hidalguía y legítimo orgullo nacional ante las afrentas. El compromiso de Aznar con el gobierno de Bush, su envío de tropas a la injusta guerra neocolonial en Irak por el petróleo del Oriente Medio, las doscientas víctimas inocentes que cayeron por esta insania, han sido los clavos de su ataúd.

Aznar se empeñó en desconocer la voluntad del 90% de los españoles que desaprobaban su aventura guerrerista, su entrega al servilismo más indigno, y le han cobrado la cuenta. Al Quaeda calculó adecuadamente la oportunidad del golpe para alcanzar el máximo efecto político, aunque el arma terrorista sea injustificable. Los socialistas recibieron tres millones de votos más que en los comicios del 2000, lo cual es una prueba irrebatible de la voluntad de los españoles. Este terremoto político ha dejado al PP con la mitad de los escaños de que disponía en el parlamento dejándolo inerme, ni siquiera apto para hacer una oposición efectiva. El descalabro de Aznar ha sido brutal, su derrota ha tenido dimensiones colosales.

Muchos atribuyen el fracaso a la manipulación informativa del atentado. Pero desde hace mucho tiempo en España se maniobra con la verdad, se la esconde, disfraza y adereza para servir al poder de los neofalangistas. Todos los periódicos se han plegado a la dirección derechista de la opinión. Hasta diarios que en otro tiempo fueron liberales, como El País, han caído en el pozo del fascismo aznariano. La televisión también distorsiona la exposición objetiva de los hechos. Se puede engañar al pueblo una parte del tiempo, pero no todo el tiempo.

Como siempre los norteamericanos no han comprendido nada. Condoleezza acusa a los españoles de haber cedido a la intimidación, al duelo añade insultos. Pero el New York Times califica estas elecciones españolas como "un golpe a Bush" que puede influir en Italia y Gran Bretaña para desembarazarse de los gobiernos de extrema derecha de Berlusconi y Blair. En todo caso el gobierno de Zapatero tendrá ahora mejores relaciones con Francia y Alemania que han asumido una tímida autonomía de los dictados del imperio.

El PSOE se enfrenta a los fantasmas de su pasado, a los errores del felipismo, al GAL y la corrupción que le hicieron perder el poder. Zapatero tendrá el buen juicio de apartarse de ese sendero fementido y andar con pies propios. Con el 44% de los votos a su favor, un aumento notable desde el 34% obtenido en las últimas elecciones, el PSOE cuenta con un amplio apoyo y un parlamento mayoritario que le permitirá gobernar holgadamente. Los carcas del PP se verán reducidos a dimensiones más que modestas desde donde observarán con sus ojos de fósiles vivientes el decursar de la España moderna.

Cuba se libra de un enemigo feroz, de un militante del odio contrarrevolucionario. Aznar ha sido promovido por los terroristas cubanos de Miami y se ha reunido con ellos en diversas ocasiones estimulándolos de obra y de palabra. Fue el arquitecto principal de la resolución de la Unión Europea uniéndola al bloqueo yanqui contra la isla. Gracias a él se otorgó el Premio Cervantes a alguien que no lo habría recibido jamás de no estar los franquistas en el poder: Guillermo Cabrera Infante.

El vasallaje de Aznar a Bush lo llevó hasta a organizar giras de reclutamiento por México y Centroamérica para engrosar las tropas de ocupación yanqui en Irak y fomentar el sometimiento al imperio. Significativa fue la negativa de Aznar a responder la definición que le solicitaba el diputado Llamazares sobre su postura ante el franquismo y el alzamiento falangista de 1936. Tácitamente confesó su adhesión ideológica a la dictadura que ensangrentó España con un millón de cadáveres, algo que no era un secreto para nadie. Cuando el país gallego recibió la catástrofe ecológica de la marea negra con el naufragio del vapor Prestige, Aznar se desentendió del calamitoso desastre. Ni siquiera accedió a visitar de inmediato las áreas afectadas. La arrogancia nepotista de Aznar le llevó a postular a su mujer para un cargo público y esa misma soberbia insolente le condujo a celebrar la boda de su hija en la capilla real del palacio del Escorial, queriendo con ese gesto prepotente igualarse a la monarquía a la cual sirve.

España es hoy el feudo indiscutido de los magnos grupos económicos ligados a las transnacionales, de las grandes familias, de los cuadros superiores de la administración pública que se distribuyen entre ellos las responsabilidades máximas del Estado y de la empresa privada. Aquél país es el mandarinato de una élite absolutista con una máscara institucional. Zapatero le devolverá su respiración democrática.

gotli2002@yahoo. com